Marzo, 1960

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Mis padres no tenían cámara. Cada tanto, un tío le prestaba una a mi viejo, pero era un acontecimiento más bien excepcional. Por eso, mi madre me llevó a un estudio de fotografía. Yo tenía cinco años y nueve meses. En un sentido importante, la foto no miente: yo ya sabía leer, aunque apenas empezaba la escuela. En otro sentido, es falsa: el libro no era mío, me lo dieron ahí para fingir.

Author: Eduardo Abel Gimenez

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