Categoría: Jorge Varlotta

nov smov kapop

[31/3/2003]

Me escribe Jorge Varlotta:

La frase del título, que cito de memoria y está sujeta a error, aparecía en una historieta llamada Sansón, que publicaba Billiken allá por la década del 30 o quizás del 40. Concretamente era la leyenda de un cartel que enarbolaba un extraño personaje que nada tenía que ver con la historia; aparecía de tanto en tanto en el fondo. Una vez vi a este personaje, con ese cartel, en el fondo de una historieta de Mad.

No pude encontrar nada en google, y quisiera saber quién es el creador de la historieta y cuál era el título original. Tengo la teoría de que es el mismo dibujante de otra historieta que se publicó hace años en un diario uruguayo con el título de Cuarto y comida. Era totalmente incomprensible, disparatada, existencial, genial. Encontré títulos parecidos, en inglés, pero no eran ésa.

Tal vez alguien de tu red sepa algo al respecto. O vos mismo, sin ir más lejos.

Yo no sé. ¿Y los lectores de esta página?

Actualización: Javier, de Maldita sea, contestó la pregunta en los comentarios de este post. Pero luego encontró más información y la puso en su weblog.

[31/3/2003]

No encuentro más a Javier. Una pena.

Novela gráfica

[27/2/3003]

Novela Gráfica o El caso de la florista estrangulada. Una aventura del inspector Collins”, con guión de Mario Levrero y diseño gráfico de Jorge Varlotta. Aquí, en magicaweb.com. Hay que verla.

Actualización: por decisión de los autores, la Novela Gráfica ha sido levantada, y la página ya no existe.

[27/2/2013]

Lo dicho. A Jorge no le gustó cómo se veía en la Web. En particular, las conexiones lentas de la época impedían pasar rápido de una imagen a la siguiente, y esa espera destruía el ritmo del relato. Conservo las imágenes, claro. Habrá que ver si un día podemos hacer algo con esto. (No tacho los links porque funcionan: llevan a una página donde puse “Esta página ya no existe”.)

Sueño

[22/1/2003]

Me escribe Jorge Varlotta:

Soñé que mi vecino se había mudado. “Con razón”, pensé en el sueño, “hace días que ya no oigo maullar al gato”. Me despertó el insistente maullido del gato del vecino.

Cacafonías

[29/12/2002]

Hace unos días presenté dos frases donde aparecía cuatro veces consecutivas un mismo par de letras: “Así sí, Sísifo”, y “El pionono no nos gustó”. Pero con algunas observaciones: en el primer caso, tres veces la sílaba repetida tiene acento, y una no; en el segundo caso, las letras “no” tres veces forman sílaba, y una no.

Jorge Varlotta resolvió el problema con dos hallazgos:

“En Caracas cascas castañas.”

“Yo estoy encantado, y Chacho chocho, Cholita.”

Más todavía, aumentó la apuesta con una joya en que la misma sílaba aparece cinco veces consecutivas:

“Esto, Toto, totora es y no espadaña.”

La otra vez no conté la historia de esto, Toto. Empezó con una frase de la vida real, que dijo Gabriel con respecto a alguna prenda: “La abuela la lavó.” Susanne, mi mujer, detectó las tres sílabas iguales. Poco después, Gabriel agregó otro caso, usando un lenguaje incomparablemente típico de él y todos los chicos de su edad: “Mi culo lo logró.” (Con perdón.) Estuve a punto de anotar eso aquí cuando se me aparecieron, de ese lugar donde se esconden cosas así, las frases con Sísifo y el pionono, y el juego con optimistas y pesimistas que me ayudó a decorarlas.

(Sigo, como entonces, creyendo que esto no es nuevo. Pero nadie salió con el dato de que se haya hecho antes. Aunque Markelo, en uno de los comentarios del post anterior, hizo notar un antecedente con palabras completas y ejemplos en más de un idioma, en la revista El Acertijo N° 11, donde el mejor caso en castellano, incluyendo cinco apariciones consecutivas de la palabra “como”, lo había escrito… yo.)

Actualización del lunes:

Jorge sigue disparando y subiendo la apuesta. Seis apariciones consecutivas de una misma sílaba:

“Poco coco, Coco, comiste ayer.”

También Markelo logró seis apariciones en los comentarios de este post, con la deliciosa frase:

“En la cama, mamá mama maravillosamente bien.”

Pero Jorge se lleva las palmas con lo que parece un record muy difícil de batir; nada menos que nueve apariciones:

“El Papa papa papa, papá Pablo.”

Actualización del martes:

Y sigue Jorge Varlotta con otros descubrimientos muy graciosos. Nada como el record de nueve apariciones de una misma sílaba, pero sí una lectura apasionante:

“Bailas, muchacha, chachachá chapuceramente.”

“Quiero el panqueque que queda.”

“Dame una banana, nana, nada más.”

“Que eso no te envenene, nene necio.”

Jorge también mejoró mis dos frases iniciales, llevándolas de cuatro apariciones de un mismo par de letras a cinco y siete:

“Así sí, si Sísifo lo permite.”

“Pionono no, nono, no nos gusta.”

Actualización del miércoles:

Hay novedades, aunque no nos deje mucho que decir el comentario de Juan Terranova a este mismo post (“Perdón Señores, lamento discrepar, pero hasta ahora lo mejor de todo fue ‘Mi culo lo logró’ de Gabriel. ‘Mi culo lo logró’ es tan enigmático y trascendental como un haiku. Lo demás, Varlotta incluido, son apenas virtuosismos técnicos, cuando no oraciones sin un sentido real. Por todo eso, hasta ahora, los únicos que lograron algo fueron Gabriel y su culo”).

Para empezar, Jorge defiende unas frases suyas que hasta ahora no incluí aquí (“Deje…, ¡je, je, je!, ¡jejenes a mí!” y “Vieja, ¡ja, ja, ja!, jaboname la espalda”). Su argumento: “Quebrando una lanza por los jas y los jes: recién me di cuenta de que omitiste las frases con ja ja ja y je je je, pero mirá que esas expresiones están en el DRAE. Quiero decir que no es una repetición caprichosa, sino que los tres ja y los tres je, con signos de admiración y comas incluídos, son las únicas formas aceptadas por la Academia para ja y je. Pueden no gustarte las frases, pero quiero destacar que el procedimiento es válido.”

Por otra parte, Markelo, comentando este post y elaborando sobre una frase de Jorge, superó el record de nueve apariciones de un mismo par de letras, llegando a diez con:

“Cuántas cosas están pasando: el Papa papa papa, papá papando moscas y yo escribiendo esto.”

Lo cual me dio pie, parado en los hombros de gigantes, para pensar en algo que tal vez acabe zanjando la cuestión:

“Mientras el Papa papa papa, papá papa papaya.”

¡Que tiene nada menos que doce apariciones de “pa”!

Segunda actualización del miércoles:

Siguiendo la línea del último record, acabo de alcanzar las catorce apariciones consecutivas de una misma sílaba:

“El Papa papa papa, papá papa papa, ¡papanatas!”

Por último, un comentario de Jorge Varlotta:

“Notable la historia de la cosa, a partir de Gabriel (no sabía que estaba compitiendo con Gabriel y con Markelo). Los ejemplos a partir de Gabriel me hacen pensar que en este juego hay algo esencialmente infantil; fijate que la mayoría de las frases tienen un notorio clima infantil; y aparece la sospecha de que en lo que se dice, en realidad se está diciendo otra cosa. Había un francés, citado si mal no recuerdo en la antología de humor negro de Breton, que había creado toda una teoría delirante partiendo de juegos parecidos (y la teoría concluía con que el hombre desciende de la rana).

“Este juego cacofónico podría llamarse ‘cacafonías’.”

Cacafonías, entonces. Le voy a contar a Gabriel.

Tercera actualización del miércoles:

Escribe Jorge Varlotta:

“Si nos permitimos una expresión lunfarda, tanguera, podemos llevar el récord al delirio (“papa”, adjetivo, es algo así como “lindo”, “bueno”, “confiable” —o al menos eso creo):

“El Papa papa papa papa, papá papa papa papa, ¡papanatas!

“También es de hacer notar que el DRAE permite ‘papa’ como ‘papá’, de modo
que hasta se le puede quitar el tilde a papá y dejar satisfechos a los puristas del juego.”

En tanto, Markelo comenta en este mismo post:

“Llegué a las 15 PA con un adjetivo delante de Papa a saber: ‘Pio XXI, el opa Papa, papa papa, papá papa papa, ¡papanatas!’ Según el DRAE: opa. (Del quechua upa, bobo, sordo). 1. adj. despect. coloq. Arg., Bol., Par. y Ur. Tonto, idiota. U. t. c. s. (Si a alguno le parece un adjetivo poco adecuado… lo desafío a que encuentre otro adjetivo, masculino… terminado en PA (que no sea Okupa ni Jeropa).)”

Si aceptamos y sumamos todo lo que dicen, entonces llegamos a:

“El opa Papa papa papa papa, papa papa papa papa, ¡papanatas!”

Con lo que el número de “pa” consecutivos llega a diecinueve, todos formando sílaba y sin acentos. ¿Es posible que esto termine justo antes de llegar a veinte? ¿Quién da más?

Actualización del jueves:

No podía ser de otro modo. Jorge Varlotta llegó a las veinte apariciones consecutivas de “pa”:

“Pio XXI, el diríamos antipapa Papa, papa papa papa; papa papa papa papa: ¡papanatas!”

Actualización del viernes:

Markelo, comentando, este post, dice:

“Para la colección (ya no para el record), alguna frase más. Conversación entre Jorge y yo:

“Jorge: Yo prefiero el trompo ¿y vos? Yo: ¿Yo? Yo yo-yo, yorugua.

“Que serían 5 o 6 yos. Y una variante para ir pensando:

“La frase quedaría así: si sí, sí, si no, no ¿no nono? -No se- me contestó el abuelo.

“Que sería algo así como (5+6) cacafonías. ¿Y sílabas de tres letras (como el de las castañas de Jorge)?

“El edecán, can-can canta y baila.

“¿Solo cuatro repeticiones? No creo…”

A lo que Jorge Varlotta responde:

“Gran tipo, ese Markelo.

“Esto suena como un refrán y sería muy irritante para Juan Terranova, pero,
en fin, es lo que hay:

“Quienes educan can, cancán cantan y bailan.

“Se puede empeorar todavía más apelando a la acepción 2 (m. Murc. Molestia,
fastidio):

“Quienes educan can -¡cancán!-, cancán cantan y bailan.

“Y con la acepción 3, (m. C. Rica. Especie de loro que no aprende a hablar)
empeoramos todo definitivamente:

“Quienes educan cancán —¡cancán!—, cancán cantan y bailan.

“Por más que todavía podemos adjetivar can:

“Quienes educan cancán can -¡cancán!-, cancán cantan y bailan.

“(Bueno, lo importante no es competir, sino ganar.)”

[29/12/12]

El post inicial, acá en MW+X.

En los comentarios de este post se pueden ver los aportes de Markelo y las observaciones de Juan Terranova. Jorge Varlotta no pasaba por el blog: yo le mandaba las novedades por mail y él me contestaba del mismo modo. (Esto explica también las participaciones anteriores de Jorge en Mágica Web: todo era por mail.)

Dos imágenes creadas por Jorge Mario Varlotta Levrero:

[28/12/2002]


Oscuro objeto del deseo


Rastros

Antes de ponerlas aquí le pregunté si me daba permiso, y si debía atribuirlas a Jorge Varlotta o a Mario Levrero. Esta fue la respuesta:

“Claro que podés publicarlas en tu blog. Por favor aclará que no son de un artista plástico. El nombre, a tu elección —siempre que conste la aclaración anterior.”

Europanto

[28/11/2002]

Questa cosa is making the round en das Web. Jorge Varlotta hat it enviado a mí:

Que would happen if, wenn Du open your computero, finde eine message in esta lingua? No est Englando, no est Germano, no est Espano, no est Franzo, no est keine known lingua aber Du understande! Wat happen zo! Habe your computero eine virus catched? No, Du esse lezendo la neue europese lingua: de Europanto! Europanto ist uno melangio van de meer importantes Europese linguas mit also eine poquito van andere europese linguas, sommige Latinus, sommige old Grec.

Was esse better esse que alles can undertsande this nova lingua und, supra tutto, that alles can schriebe in Europanto sensa studiare und sensa effort. The important esse usare words that alles, sensa import que lingua nativa spreche, can understand. This esse the unica norma. Europanto esse eine lingua franca que want substitute Anglese (o Englando) und so, que the parlantes nativos of Anglese haben nicht advantage in international communication.

Want du try?

[28/11/2012]

Como no existe la Wikipedia en Europanto, pongo links al artículo en inglés y en castellano.

Misterio resuelto

[22/11/2002]

Hace un par de semanas escribí aquí lo siguiente:

Index of /~nhz/dualimages/. Son seis imágenes. Tal vez sea mejor verlas de abajo hacia arriba. No creo que sean de Hao Zhang: diría que él sólo las puso en su sitio. (Gracias a Jorge Varlotta.)

Ahora Andrea Zablotsky viene al rescate (¡gracias, Andrea!). Me escribe:

“La familia del general” es de Octavio Ocampo. “Leonardo pintando su autorretrato”, “La calavera” y “La ventana de enfrente” pertenecen a Sandro del Prete. Del resto no estoy segura, pero sospecho que deben ser también de Del Prete, que jugó mucho con estas imágenes. En Internet hay varias de sus obras en este lugar.

[22/11/2012]

El post en cuestión está acá, en MW+X. Ahí mismo, Marcelo Fabián aclara dónde se puede ver algo.

El texto de Helvecia

[21/11/2002]

La semana pasada recibí (y reproduje) un texto inspirado por esta foto (que también había puesto aquí):

Se ve que el ejemplo cundió, porque ahora me llega un segundo texto surgido de la misma foto. Como el anterior, viene firmado por alguien que no conozco, y que no pone su nombre completo. La autora, Helvecia. Aquí va:

(Dedicado a Pepe.)

En el suelo, delante de mis pies, han quedado unos cráteres oscuros. Respiro hondo y vuelvo a observarlos; me sube un temblor, desde los dedos de los pies descalzos; recién me doy cuenta porque vine corriendo y no hay temblores que me molesten cuando estoy tan agitada. Me asustan los grandes pozos, uno al lado de otro, de límites recortados; me recuerdan a la forma de las barrancas en la orilla de los ríos, cuando la erosión ha dejado la tierra hecha pedazos y allí en lo alto aquel límite, como si quisiera formar una cresta, haciendo de cuenta que no llegará para él el momento de desbarrancarse. Ilusión estéril, porque otras lluvias vendrán y lo que ahora es tierra firme mañana será polvo, en el fondo del río o allá, en el río grande como mar. En miniatura, los límites de estos cráteres convocan a aquéllos. Yo, parada firme frente al espectáculo porque adentro, ay, adentro los cráteres forman dibujos, pero no puedo decir dibujos porque lejos de ser planos, son remolinos en el fondo del mar con peces muertos y boquiabiertos que se chocan con el lomo de un dinosaurio de cola mutilada y gigantescas culebras se entretejen y todo parece un fondo del mar requeterrevuelto adonde fueron a parar unos pedazos de llamas y no me explico cómo habrán hecho ellas, del altiplano, para llegar hasta el fondo del mar. Un paisaje aterrador, eso es lo que veo en este cráter porque en el otro ya no quiero saberlo, realmente me da temor involucrarme también en ese mundo. Levanto la vista y recuerdo que estoy aquí arriba en el cerro, miro adelante y adonde antes la extensión de campo estaba salpicada por una y otra casa, hoy se ha formado un pueblo; si me esfuerzo puedo oírlos, todo el bla bla de aquella gente, sus chusmeríos y me tienta irme de mí y seguirlos y entonar con ellos los ritmos de las cantinelas mundanas y agarrar un rebenque y encerrar en su corral a las cabras, al ritmo de:

-Vaamos, vamos, al corral las caabras ?un silbido y otro, como Aníbal Borges, siempre haciendo eso pero él es peor porque son las ovejas, y en paz, él tranquilo, encerrando a cada bicho en el corral correcto. Pero yo no sirvo para arrear ovejas, ni cabras (aunque sea más divertido), ni para perderme para siempre en las cantinelas, aunque me tientan, ni para agarrar el rebenque…

Pero con ellos, en el pueblo que veo ahora alborotarse con el claro de la mañana ¿será que se ha ido mi espíritu?, de hecho, hay una alegría mía que goza con ellos allá. Pero yo estoy aquí de nuevo, aquí frente a los cráteres que ha dejado en su lugar el ombú del cerro de Aníbal.

De pronto, algo me da una frescura por adentro y me animo a mirar de lleno al otro cráter, el que no quise antes leer, por miedo; lo veo hondo y oscuro, ni un solo retoño, me detengo un poco más y me sale de adentro una certeza: así es el ombú, puede vivir en esa forma de agujeros muchos, muchos años, pero hay muy allá en el fondo, quizás muy adentro de la tierra, una ley irrefutable: siempre, siempre, despertará en nuevos brotes que traerán, vaya a saber en qué primavera, un nuevo ombú frondoso para el cerro de Aníbal.

Helvecia
[21/11/2012]

Ya conté el secreto aquí. Este es otro texto producido en el taller literario de Mario Levrero / Jorge Varlotta. No sé quién es Helvecia.

“Bruma”, por Nolo

[15/11/2002]

Alguien que firma Nolo me envió el texto que reproduzco a continuación, inspirado por esta foto que puse aquí no hace mucho. (Hay un giro curioso, porque la foto llevaba como título “Desde el tren”, y en el texto de Nolo el medio de transporte es otro, tal vez aún más válido para la atmósfera de la imagen.)

BRUMA
por Nolo

Navegar no es necesario
Necesario es vivir

Solo, me dejaron solo, y lo disfruto. Frente a mí tengo la isla, atrás el continente. Falta poco para llegar, falta poco en distancia, pero bastante en tiempo porque casi no hay viento. Mis hijos duermen abajo, cansados. Tuvimos una noche muy movida. Un inesperado vendaval nos obligó a tomar un rumbo demasiado cercano a la costa, un rumbo desconocido, peligroso, por una zona con islas y restingas. Yo al timón, Alejandro y Manuel subiendo y bajando velas según las cambiantes circunstancias. El único rumbo razonable, que le daba cierta estabilidad al barco, era hacia tierra. Tuvimos un momento muy difícil cuando mis dos hijos estaban tratando de bajar la vela mayor. Vino una ola desde un lugar inesperado. No pude evitar un bandazo que desestabilizó el barco. Pudo haber tirado a alguno de los muchachos al agua. Por suerte quedaron los dos prendidos del mástil, milagrosamente a salvo del violento barrido de la botavara, que dio un bandazo de babor a estribor. No quiero ni pensar lo que hubiera pasado si cae alguno de mis hijos al agua, de noche y con ese mar. Pero ya está, pasó la noche, bajó el viento y ya fijamos de nuevo el rumbo. Los muchachos se fueron a los camarotes y yo quedé en el timón, con las velas desplegadas rumbo a la Isla de Flores. Viniendo de Punta del Este, uno toma la isla por afuera, por el Sur, pero con la tormenta quedamos del otro lado, del lado de la costa. Por eso, ahora queremos bordearla por el Este, rodearla y poner proa hacia el Buceo.

Desde atrás me llegan los graznidos de unas gaviotas. Me doy vuelta, las sigo oyendo pero no las veo, no veo la costa. Desde la tierra avanza una bruma densa que recién descubro. Muy pronto, lo único que percibo son los graznidos de las gaviotas, que ya pasaron y se alejan. El barco sigue su camino lento y silencioso rumbo a la isla que se desvanece rápidamente.

La sensación es inquietante. Amaneció pero no se ve nada, no llego a distinguir la proa. Estoy rodeado por una creciente luminosidad sin formas. Si no fuera por los olores, los suaves golpeteos del agua en el casco y la humedad en la cara, podría decirse que estoy sentado en un banco de mi casa. Ya no veo ni el mar ni el cielo. No veo nada. ¿Dónde está la isla? ¿Estaba a dos millas? ¿A una? Con la distracción pude haber avanzado mucho sin darme cuenta. ¿Y si la tengo arriba?

La Isla de Flores realmente son tres islas. Del lado Sur uno encuentra aguas profundas y no tiene rocas sumergidas; se puede navegar pegado a tierra sin problemas. Pero desde el punto en que navego, desde tierra y el Este, la isla continúa hacia mi y el barco con rocas ocultas bajo el mar. De día se ven, pero con esta neblina estoy ciego, ni siquiera veo la isla, apenas me veo las manos que agarran al timón firme y desesperadamente. No sé cuán cerca estoy, no sé si apunto a la costa Este de la isla o a la costa Oeste, no veo nada y me está ganando el pánico. En los puertos y sus boliches me han contado sobre mil naufragios en estas circunstancias. Mis hijos duermen abajo en las literas y yo no sé muy bien qué hacer.

Tengo que parar de pensar y empezar a actuar, aún a ciegas, totalmente a ciegas, actuar. Puedo soltar las velas y dejar de navegar, parar el barco. Pero el barco no se va a detener, lo va a arrastrar la corriente que no tengo idea para dónde va, muy probablemente derecho a la isla. Lo peor es quedarse sin gobierno, si suelto las velas me quedo sin gobierno y la corriente, aún lenta, me puede llevar indefenso contra las rocas. Busco con la vista el compás, fijado en una mampara que tengo muy cerca, y que por suerte alcanzo a ver, el rumbo sigue idéntico. Puedo virar un poco a estribor, pero no tengo noción de cuánto, el remedio puede ser peor que la enfermedad.

El único problema que uno tiene llegando al puerto de Buceo desde el Este, es la Isla y unas restingas hacia la costa: las restingas de Carrasco: una barrera de rocas y rompientes, algunas se ven, otras no. Depende de la marea. Por eso se toma la Isla desde el Sur; si uno la toma por afuera y pone proa al Buceo, se saca de encima la Isla y las restingas con una sola maniobra, pero se pierde bastante tiempo. Por eso de día se puede pasar por adentro, por un canal que es amplísimo, una inmensidad si uno ve. Ya es de día pero la bruma no me deja ver nada, el canal es ahora tan delgado como mi incapacidad para orientarme; si viro demasiado, corro peligro de encallar en las restingas. Miro hacia arriba y veo la punta del mástil que hace un rato no veía. ¿Estará despejando? Desesperado miro en dirección al rumbo que voy, pero no veo nada, apenas veo la proa, que de cualquier manera, hace un rato no veía.

Tengo frío, estoy envuelto en bruma, en una humedad que me hiela. Desesperado por la situación, por no ver, no me había dado cuenta de que estoy muy desabrigado, helado, helado por la bruma, helado por el miedo. No miré el reloj pero, calculo, que ya pasó mucho tiempo desde que me di cuenta de esta situación. Debe hacer una vida que no veo y el barco siguió avanzando.

Grito, para llamar a los muchachos sin resultado, los tipos están fritos, agotados por la paliza de la noche anterior. Sigo navegando, con un viento que arrecia un poco, firme en el mismo rumbo. Sigo, también, gritándole a mis hijos, con la vista fija en la puerta que comunica el debajo caliente de la cabina y las cuchetas, con el arriba de la cubierta mojada de neblina.

Al fin asoma la cabeza de Alex por la puertita; mi hijo menor somnoliento pero alerta. Veterano de muchas regatas, antes de subir a cubierta ya sabe que navega normalmente, ya sabe de dónde viene el viento y su fuerza. Para eso no se necesita ver. Igual me interroga: ¿Qué pasa viejo? Sin esperar respuesta pasea la mirada por el mar, con el instinto del tipo marinero que quiere saber cómo andan las cosas por sí mismo. ¡Ah! Ya pasamos la isla, comenta. Y dirigiéndose a mi: Papá ya podés virar, no necesitas alejarte más. De este lado es profundo. Por fin me pregunta sin ganas: ¿Querés que te ayude con las velas para la maniobra ? Sorprendido por la nueva situación y con remordimientos por haberlo despertado inútilmente, le contesto: no gracias, alcanzame la campera que está en la cucheta de babor y andá a dormir; te llamo cuando estemos llegando.

Había dejado de mirar un instante, o por lo menos a mi me pareció un instante, mientras llamaba a los muchachos. En ese instante, despejó. Despejó lo suficiente como para que se pudiera ver a unos cientos de metros a la redonda. La isla ya no estaba frente al barco, estaba al costado, casi a popa. La niebla no me dejó ver como pasamos ciega y limpiamente de largo. Pasé por el costado Este de la isla sin siquiera saberlo.

Me puse la campera y me dispuse a hacer la maniobra para virar. Antes, alcancé a ver el cielo totalmente azul y el lejano horizonte ya casi despejado. Hice la maniobra sin problemas rumbo al puerto del Buceo. Ya no tenía que hacer más nada hasta llegar, tenía por lo menos tres horas a solas conmigo. A pesar de la campera, el frío se quedó en los huesos, el frío de un hijo perdido en el mar, el frío de un naufragio por la niebla.

Lo que quedaba de camino me acompañaron bandadas de gaviotas que ahora podía seguir con la vista, volando casi a flor de agua, desde sus nidos en la isla hacia la costa, que ya se veía claramente y acercándose, sin rastros de bruma.

Nolo

[15/11/2012]

Acabo de resolver que a esta altura puedo decirlo. Quien firmaba Nolo asistía al taller literario de Mario Levrero (Jorge Varlotta, mi amigo), quien usaba la foto en cuestión como motivadora para producir textos. Jorge me mandó el texto de Nolo, con pedido de que lo publicara pero no contara nada al respecto. Así somos. Así estamos. No sé quién es Nolo. Perdón, si tengo que pedirlo.

Index of /~nhz/dualimages/

[9/11/2002]

Index of /~nhz/dualimages/. Son seis imágenes. Tal vez sea mejor verlas de abajo hacia arriba. No creo que sean de Hao Zhang: diría que él sólo las puso en su sitio. (Gracias a Jorge Varlotta.)

[9/11/2012]

¿Qué era esto? Ni idea.

Posdata del 9/11: Marcelo Fabián encontró las imágenes en otro lado y anotó la dirección en los comentarios. Ahí mismo aparece una fuente distinta, donde hay más imágenes (algunas de las cuales, ahora, recuerdo haber visto).