Categoría: Desorganizador

“Desorganizador” en Blogger

Enumeraciones, listas, descripciones, intentos de organizar el mundo, que tal vez no terminen bien.

“Desorganizador” en Blogger.

(”Desorganizador” es una sección de la Mágica Web, con 44 textos cortos del año 2005, que rearmé en Blogger para darle otra presentación e independizarla del servidor donde tengo este blog. De paso, Blogger está andando muy bien, rápido, fácil, da gusto hacer cosas ahí.)

Son cinco

Son cinco, de los que el mejor está en segundo lugar. El primero es más pesado que el cuarto, que a su vez tiene menos cola que el tercero. El último nunca está solo, cosa que no se puede decir del segundo. Hay dos rojos, dos con ranuras, uno triste, tres a los que les falta agua, uno encendido, dos con algo metálico. El más desparejo está detrás del menos sabio. El menos gordo está delante del más duro. Uno de ellos tiene muchas ganas de irse para no volver.

Hay que pasarse el tiempo

Hay que pasarse el tiempo acomodando todo. Esto arriba, lo otro a la derecha, una cosa al norte, otra cosa abajo, otra a la izquierda, otra al oeste, que en diagonal, que en curva, que recto, torcido, junto, separado, allá, acá, adelante. Todo hay que acomodar, y no sólo una vez sino muchas, todo el tiempo, hora tras día tras semana tras mes. Y si algo queda acomodado, entonces viene alguien y lo empuja, lo patea, lo ignora, le dice cosas, lo cambia de lugar queriendo o sin querer, y a empezar de nuevo. Y es inútil, lo peor es que uno sabe que es inútil. Y terminan llamando a esto entropía.

Lo que no sabe

Lo que no sabe la persona que llama por teléfono, sólo por esta vez, sólo en este preciso momento, y esto no volverá a ocurrir, lo prometo, es que no soy una máquina.

Del lugar más alto

Del lugar más alto cae una hebra de lana blanca. No hay viento, así que se mueve en una línea recta que apunta directamente a tu pelo. A último momento se oye algún ruido, detrás de nosotros, que te hace dar vuelta. La hebra, ya lejos de vos, sigue hacia el suelo y se pierde la única oportunidad de trascender.

Árboles

Árboles. Cielo azul. Gente de a dos. Sólo el agua del lago se mueve.

Borrador

Hay partes del cerebro, o tal vez de la personalidad de uno, que quedan para siempre en borrador.

Personaje

Para mi próxima novela estoy pensando en comprar un personaje verdadero. Ya empecé a ahorrar, pero no sé si llego. Están tan caros.

Conozco una agencia que entrega un primer personaje gratis, pero esos personajes nunca se arreglan solos: después hay que comprar otro, y otro más, y esa agencia termina siendo la más cara de todas.

También están los que alquilan personajes. Mientras uno pague el alquiler, el personaje se queda. El problema es cuando uno ya no puede pagar, o se olvida. Lo vi en novelas de otros: de pronto parece que se desinflan. Hacen puf, echan un polvito gris, y la novela no sirve más.

No, la cuestión es comprar un personaje de primera, uno solo, pero bien comprado. Y tratar de arreglarse así. Para el resto venden unos cartones pintados que no están mal, siempre que queden de fondo.

El teléfono suena

El teléfono suena siempre cuando estoy durmiendo. Entonces sueño que atiendo, sueño una conversación, sueño una despedida. Llevo una intensa vida social gracias a la tecnología.

La empresa hará esfuerzos

La empresa hará esfuerzos para adecuarse a los nuevos requerimientos, pero los perros ladran cada vez más fuerte, allá en las jaulas del fondo, y no tenemos puertas que den al oeste. He de ser honesto, entonces: las utilidades crecerán el día en que cada escritorio tenga raíces firmes, en que las marcas de las paredes tracen patrones reconocibles, en que los huecos entre los listones de cada persiana dejen ver la salida del sol. Es verdad que hay signos promisorios. Nuestro servicio de atención al cliente ha encontrado el camino en una combinación creativa de música sacra y fotos de Marte. El departamento de ventas se encuentra inundado hasta las rodillas, mientras el sótano se expande hasta abarcar la mitad de la playa de estacionamiento. Investigación y Desarrollo tiene más niños que Recursos Humanos. Así es, señores. Nuestro modelo corporativo permite animales y plantas, pero no minerales. Nada de minerales, y esta es mi última palabra.