[8/5/2002]
Hay algo extraño en el clima que estamos teniendo en Buenos Aires. Hace varios días que la temperatura pasa de veinte grados, hay un sol radiante, la humedad es razonable. Pero esto es mayo, hoy es ocho de mayo. No es primavera, es otoño, y bien avanzado.
La gente todavía no lo cree. Todos salen con abrigos, capuchas, miran al cielo sospechando trampas o sorpresas. Claro: cómo creer en algo, aquí en Buenos Aires, en esta época. Ni el clima, el auténtico clima, el meteorológico, es digno de confianza.
(Me acuerdo del chiste de Mafalda, que siempre me gustó repetir. Lo cuento de memoria. Llueve, y Guille, que está harto, dice algo como “¡Ezte gobiedno!” o “¿Ez pod el gobiedno?”. Mafalda comenta: “El pobre todavía no sabe repartir bien las culpas.”)
Pasa algo parecido estos días. Clima cálido, sol radiante. Pero no parece tan raro como diez años atrás, como si nos estuviéramos acostumbrando.