Categoría: Personajes olvidados

Seán “Balín” O’Flannagan

La vida de Seán “Balín” O’Flannagan (segundo desde la derecha) fue un frenético ir y venir, siempre en la mira del destino. Su célebre frase “¡Temporada de patos!” fue, por mucho tiempo, atribuida indebidamente a Bugs Bunny.

7

Ingrid Perinola Ruiz

A lo largo de su accidentada vida, Ingrid Perinola Ruiz demostró que las limitaciones físicas no impiden llegar al éxito y la realización personal. Las vueltas del destino la llevaron por rincones impensados, donde debió complacer a los más poderosos jugadores. Siempre triunfante, siempre positiva, Ingrid supo encontrar un giro a favor aun en la más abyecta adversidad.

6

Eduardo Caín Gimenez

Especie de Mr. Hyde de cierto personaje porteño. Se lo suele ver en los barrios apartados, de noche, pirateando salamines y pedazos de queso de bolsas distraídas.

5

Penélope Doma Chazo

Desde la cima de su imperio inmobiliario, Penélope Doma Chazo se ríe de todo, menos de quienes pronuncian su nombre de corrido y sin pausas. “Soy Penélope, coma, Doma, coma, Chazo”, dice una y otra vez. A sus espaldas, la gente se sigue burlando de ella. Por un tiempo decidió abandonar su primer apellido, pero entonces el mundo empezó a pronunciar de corrido Penélope Chazo, y tampoco le gustó.

Tiene el hábito de nombrar los edificios que construye —todos cilíndricos— con el apodo que le dan sus personas queridas. Así, la ciudad se fue poblando de Pene I, Pene II, Pene III… Pero la pobre Penélope no encuentra solaz ni siquiera en sus negocios exitosos. Hace poco, cuando llegó al edificio XXX, las redes sociales se poblaron de comentarios mordaces.

4

Saverio Octavino Pus

El advenimiento de la fe significó un antes y un después en la vida de Saverio Octavino Pus. Hasta entonces, sus amigos lo llamaban Pussy (por Pusilánime, el verdadero apellido que ya su padre había decidido cambiar). Convertido en creyente de la noche a la mañana, logró que le aplicaran otros apodos mientras divulgaba su benigna filosofía de vida desde los más altos estamentos de la Iglesia.

3

María Abstinencia Moleskine

Desde su profundo aislamiento, María Abstinencia Moleskine cambió el panorama de la poesía universal con sus primeras obras, tan escasas como breves. A partir de “Me quiere mucho, poquito, nada”, y especialmente de “Pan con pan comida de zonzos”, el mundo comprendió que había otra manera de decir, un mecanismo más profundo para comunicar —de alguna manera— la pavorosa realidad del yo consciente.

3

Bernardino Bazterrica Culo

Hacia 1850, los Bazterrica Culo ya eran dueños de un 40% de la Península Ibérica. Ese porcentaje creció hasta un espectacular 98% en pleno franquismo, cuando Bernardino Bazterrica Culo se hizo cargo de los bienes de la familia. Desde allí solo fue posible entrar en decadencia. En 1999, expropiado y desterrado, Bernardino partió con rumbo incierto, aunque se cree que podría estar relacionado con la reciente anexión de Crimea por parte de la Federación Rusa.

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