Mes: junio 2019

Preventa

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Oferta limitada, hasta que los libros salgan de la imprenta (hacia el 10 de julio):

Los tres libros al precio de dos: $800 (en Mercado Libre).

Los entregaremos en cuanto estén impresos. Se puede elegir envío a domicilio (pagando el costo extra), o retirarlos en alguno de cuatro puntos de la ciudad de Buenos Aires (que haremos saber a quien lo necesite).

Una vez impresos, venderemos los libros al precio de venta al público de $400 cada uno.

Los libros:

  • Juicio a las diez, de Eduardo Abel Gimenez. 140 páginas. ISBN 978-987-47294-1-5
  • La vida láctea, de Cris Zurutuza. 160 páginas. ISBN 978-987-47294-2-2
  • Fantasmas, de Marina Berri. 124 páginas. ISBN 978-987-47294-3-9

Fantasmas

5 Tapa Fantasmas

Salida del cascarón y desplegada a la vida: esta es la tapa de Fantasmas, novela de Marina Berri, tercer título de la serie “industrial” de Dábale Arroz. Dice la contratapa:

“La maestra ya había borrado el esqueleto de jilguero y los adjetivos huesudos y en el pizarrón quedaron, embrollados con tiza, distintos nidos de animales. Qué raro ser un pichón y, durante una mañana fría, asomar la cabeza por el borde del nido para tragarse una lombriz”.
Huérfanos, Dolores y su hermano Luis viajan a la casa de un abuelo lejano, en una región donde el tiempo vacila y los fantasmas no reconocen a sus propios hijos.

Marina viene de premio en premio. En 2019 recibió el segundo premio de la Fundación El Libro por el libro de cuentos Arvejas negras (próximamente en Dábale Arroz) y en 2017, el tercer premio por Antes de África. En 2015, su cuento “Proyecto Gógol” ganó el primer premio en el Concurso Haroldo Conti. Es doctora en Lingüística. ) .

El diseño de tapa es de Luciano Andújar. La foto, de Melisa Fernandez Csecs. El ISBN: 978-987-47294-3-9. Tiene 124 páginas. Estará disponible a principios de julio.

Un fragmento de la novela (de la página 53 a la 57): Continue reading “Fantasmas”

La vida láctea

4 Tapa La vida láctea

Al viento como los pájaros de la foto: esta es la tapa de La vida láctea, de Cris Zurutuza, segundo título de la serie “industrial” de Dábale Arroz. Dice la contratapa:

“Cuando se hace vox populi la invasión de tordos, el Negro Vílchez trae un gavilán. La incorporación de este animal a nuestra vida sigue la lógica de las soluciones que encontramos acá en La Suprema. Siempre vamos de mal en peor”.
Metida de prepo en la lucha por el poder, Vero se juega por los ideales. Aunque impliquen acompañar las reformas delirantes del heredero menos pensado, contra
el directorio y el sindicato.

Cris escribe ficción desde las épocas en que iba al taller de Alberto Laiseca. Esta es su primera novela, con el mismo espíritu de crónica que aparece en sus cuentos.

El diseño de tapa es de Luciano Andújar. El ISBN: 978-987-47294-2-2. Tiene 160 páginas. Estará disponible a principios de julio.

Un fragmento de la novela (de la página 88 a la 92): Continue reading “La vida láctea”

Juicio a las diez

3 Tapa Juicio a las diez

Esta es la tapa de mi novela Juicio a las diez, con las alas desplegadas. Dice la contratapa:

“La mujer de la terraza había quedado en la terraza, y tal vez no fuera posible encontrarla en otro sitio, reconocerla, huir de ella como había huido antes”.
El día empieza con un hallazgo que perturba. A partir de ese momento, cada paso es una lucha entre el deseo y lo posible, mientras los recuerdos hacen fila para volver ennegrecidos.
Juicio a las diez obtuvo el segundo premio de novela del Fondo Nacional de las Artes.

El diseño de tapa es de Luciano Andújar. El ISBN: 978-987-47294-1-5. Tiene 140 páginas. Estará disponible a principios de julio.

El dato exótico es que la escribí en 1988. No quiso ser una novela de época, pero transcurre en aquel presente y se ven en las descripciones y actitudes los treinta años que pasaron. Lo más obvio: nadie tiene celular; hay teléfonos públicos en la calle. El narrador lee Clarín en papel; usa los ceniceros de los cafés.

Este es el primer capítulo, de un total de doce: Continue reading “Juicio a las diez”

Los primeros tres

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Así se ve la colección de libros de la era industrial de Dábale Arroz. La serie empieza con tres novelas inéditas, tres lecturas atrapantes en registros completamente distintos.

  • La vida láctea, de Cris Zurutuza
  • Fantasmas, de Marina Berri
  • Juicio a las diez, de Eduardo Abel Gimenez (2° premio de novela del Fondo Nacional de las Artes, 2016)

Esto sigue con cuentagotas: mañana, más datos.

Dábale arroz llega a la revolución industrial

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Hace siete años, Natalia Méndez y yo empezamos con nuestro emprendimiento de publicaciones artesanales: Dábale Arroz. En la foto está casi todo lo que hicimos desde entonces: mis “23 microcuentos”, “Rinoceronte y otros especímenes”, “Desencuentros” (ilustrado por Fernanda Bragone), algunos sobres con poesías y microcuentos. Más las creaciones de Natalia: “Nochevieja”, “Las olas de los sueños” y los e-fanzines (que se completan leyendo códigos QR para ver gifs animados).

Vamos a seguir con estas publicaciones, y varias nuevas que estamos planeando.

Pero además, ahora Dábale Arroz entra en la era industrial, con la publicación de libros en formato tradicional, salidos de una imprenta. Durante esta semana voy a dar los detalles de nuestras primeras ediciones industriales, y cuándo y cómo conseguirlas.

Seán “Balín” O’Flannagan

La vida de Seán “Balín” O’Flannagan (segundo desde la derecha) fue un frenético ir y venir, siempre en la mira del destino. Su célebre frase “¡Temporada de patos!” fue, por mucho tiempo, atribuida indebidamente a Bugs Bunny.

7

Ingrid Perinola Ruiz

A lo largo de su accidentada vida, Ingrid Perinola Ruiz demostró que las limitaciones físicas no impiden llegar al éxito y la realización personal. Las vueltas del destino la llevaron por rincones impensados, donde debió complacer a los más poderosos jugadores. Siempre triunfante, siempre positiva, Ingrid supo encontrar un giro a favor aun en la más abyecta adversidad.

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Eduardo Caín Gimenez

Especie de Mr. Hyde de cierto personaje porteño. Se lo suele ver en los barrios apartados, de noche, pirateando salamines y pedazos de queso de bolsas distraídas.

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Penélope Doma Chazo

Desde la cima de su imperio inmobiliario, Penélope Doma Chazo se ríe de todo, menos de quienes pronuncian su nombre de corrido y sin pausas. “Soy Penélope, coma, Doma, coma, Chazo”, dice una y otra vez. A sus espaldas, la gente se sigue burlando de ella. Por un tiempo decidió abandonar su primer apellido, pero entonces el mundo empezó a pronunciar de corrido Penélope Chazo, y tampoco le gustó.

Tiene el hábito de nombrar los edificios que construye —todos cilíndricos— con el apodo que le dan sus personas queridas. Así, la ciudad se fue poblando de Pene I, Pene II, Pene III… Pero la pobre Penélope no encuentra solaz ni siquiera en sus negocios exitosos. Hace poco, cuando llegó al edificio XXX, las redes sociales se poblaron de comentarios mordaces.

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