[30/6/2002]
Esa mujer tenía el pelo realmente raro. Más que cincuentona, había pasado por la peluquería ese mismo día. Corte perfecto, algo por arriba de los hombros, raya a un lado de manera que el otro cayera un poco sobre la cara. Elegante. Pero el pelo era realmente raro. Blancuzco, sin ser platinado. Grisáceo, pero desparejo. Un poquito amarillento, en algún sitio. Nada parecido a los efectos de salón a que estamos acostumbrados. Hasta que me di cuenta, luego de varios minutos de mirarla de reojo, y entonces sí que me pareció fuera de lo común. Era pelo sin teñir.