Mes: junio 2002

Más refrases

[4/6/2002]

Ojo por ojo, cliente por cliente.

El que a hielo mata, a hielo muele.

Hombre prevenido vale por dios.

Lo cortés no quita lo caliente.

Se dice el pescado, pero no el pescador.

Una golondrina no hace ver ano.

Ver para crear.

Ver para crecer.

Refrases

[4/6/2002]

El pez por la boca muerde.

En boca cerrada no entran roscas.

No hay mal que por bien no venda.

[Actualización. Luisa Axpe inventó un título para estos refranes modificados: Refrases. Y agrega uno: Quien mal ama mal acaba.]

Borde

[4/6/2002]

Camina por el borde del precipicio, temiendo tanto la caída como la salvación.

Tres por tres

[3/6/2002]

—Yo sé cuánto es tres por tres —dice Gabriel.

—¿Sí? —pregunto—. ¿Cuánto es?

—¡Siete!

—Pero Gabriel, tres por tres son nueve.

Pausa.

—Entonces Lao me mintió.

Otro lunes

[3/6/2002]

Al final, con la niebla, nada. Se fue hacia el mediodía, y nos dejó otro día nublado, gris, enfermo, otro lunes de esos que no dejan nada que decir, excepto tal vez algo sobre la humedad.

Cuando salió Sgt. Pepper

[3/6/2002]

Cuando salió Sgt. Pepper yo tenía trece años. Lo esperaba a mi viejo en la puerta de casa, en Ramos Mejía, todas las noches. Él llegaba a eso de las ocho y media. Y de todas las noches, hubo una en especial en que traía el disco bajo el brazo. Yo lo venía oyendo en “Modart en la noche” cada sábado: conocía por ejemplo los tres golpes de bombo antes del estribillo de Lucy in the sky with diamonds; la parte instrumental con sitar y orquesta de Within you, without you; las gallinas y otros bichos de Good morning, good morning. Pero otra cosa era abrir el paquete, ver esa tapa maravillosa que, además, se abría en una lámina doble, y para colmo traía adentro cosas como un bigote para disfrazarse de miembro de la banda. Música, juguetes, todo. Oh, Dios. Y las letras. Y muy otra cosa era sacar el disco y ponerlo en el Winco para escuchar tambor, sitar, gallinas y todo lo demás en mi propia habitación. Por supuesto, mi padre lo escuchó conmigo, al menos una parte. Le gustó When I’m sixty four, me acuerdo bien. Hubo una discusión con mi madre, me parece, porque yo no quería ir a cenar. No sé cómo terminó.

Mi padre tenía entonces cinco años menos que este “yo” que escribe ahora. Mi madre, siete años menos. Este hecho (ser de algún modo mayor que los propios padres) es uno de los más difíciles de entender en la vida.

Con el tiempo me acostumbré a poner Sgt. Pepper cada vez que me iba a duchar. Me quitaba la ropa, abría la ducha, ponía el disco a todo el volumen que permitía el tocadiscos y empezaba la carrera contra reloj. Llegué a salir antes de que terminara Getting better (“I beat her and kept her apart from the things that she loved”). Me pregunto cuán efectivas habrán sido en realidad esas duchas.

Aquel disco, el original de 1967, estaba rayado en el primer tema del lado uno. Y al final de A day in the life, el surco central no tenía las voces que nos habían mostrado en “Modart en la noche”. Lo vendí siete u ocho años después, en Parque Rivadavia, para cambiarlo por otro más nuevo, sin rayaduras y con esas voces en el final. Ese lo tengo, todavía. Nunca compré el CD de Sgt. Pepper, lo cual quiere decir (caramba) que hace más de diez años que no lo escucho.

Qué sé yo por qué cuento esto ahora. Me acordé anoche, saltando de piedra en piedra a través del río de la memoria, mientras trataba de dormirme. Sobre todo estaba sorprendido del carácter “fotográfico aficionado” de mis recuerdos: tengo imágenes fuertes de ciertas situaciones, nítidas aunque muy parciales y dañadas por el tiempo, torpemente procesadas por un laboratorista sin experiencia; alrededor solamente hay niebla, como la que hoy me esconde los edificios de allá enfrente. Vale la pena explorar esas malas fotos, incluso retocarlas con algún Photoshop interno. Es un ejercicio que tendré que hacer.

Paraíso

[3/6/2002]

Las once y media de la mañana, y la niebla está igual, o peor. Creo que nos elevamos a través de las nubes hacia algún tipo de paraíso supernumerario, reservado para quienes han perdido los otros paraísos posibles.

[3/6/2012]

Me impresiona un poco la palabra “supernumerario”. No creo haberla usado antes de este post, ni después. A veces uso palabras especiales para lograr un efecto, que tiende a ser sarcástico. ¿Pero “supernumerario”?

El grado de irrealidad

[3/6/2002]

Ya son las diez de la mañana y todavía hay una niebla espesa, aunque no tanto como a la madrugada, con las primeras luces. A las siete y media casi no se veía más allá de la ventana.

Cuando el aire está así no me extraña que haya tantas leyendas. Salgo de caza con otros hombres y debemos gritar para saber que aún estamos sobre la tierra. Ese crujido en medio del bosque, esos filamentos, esa distorsión allá en el borde de la realidad: un hada. Claro. Y un unicornio, porque ¿es o no es un cuerno lo que está en la frente de aquel caballo que escapa, que tal vez no sea un caballo después de todo porque ruido de cascos no hay en la nieve blanca?

(Qué europeo es mi cerebro con esto de las leyendas. Son las que conozco, las que aprendí de chico. Hadas y unicornios. Espectros. Nieve en el suelo y las botas que se llenan de insectos blancos. La verdad es que sólo vi nieve de adolescente, en algún viaje de vacaciones. Y nieve urbana, en una ciudad, a los treinta y seis años, cuando fui a Montreal. Una experiencia, aprender a no resbalar en el hielo de las veredas.)

Pero esta niebla de ahora es algo raro. No hace frío realmente, dieciséis grados según los diarios de la Web, tan cerca del invierno. Un perro le ladra a la nada. Un colectivo hace ruido de raspado en la avenida Crámer. El mundo termina a menos de cien metros. Entre tantas cosas familiares, el grado de irrealidad sigue en aumento sin que importe lo que hagamos.

Papeles recortados

[2/6/2002]

Volvimos a las andadas con los papeles plegados y recortados (como ya hicimos un par de semanas atrás). Me refiero a mi familia y yo. La novedad, esta vez, consiste en que uno haga un plegado raro, original, sin que nadie mire, y le dé el resultado a otro para que lo recorte. Así que se trata de obras en colaboración. Los dos ejemplos que siguen son plegados de Gabriel; el primero fue recortado por Susanne; yo recorté el segundo.

[2/6/2012]

Los pliegues y recortes anteriores aquí en MW+X: primera parte, segunda parte.

Más Orisinal

[2/6/2002]

¡Hay un juego nuevo en Orisinal! (Hacer click en el primer ícono de arriba a la izquierda.)

[2/6/2012]

Ni que hablar que diez años más tarde el primer ícono de arriba a la izquierda es otro. ¿Cuál sería el de ese momento?