[20/1/2003]
A veces tengo ganas de contar por escrito mi adolescencia. No sé si podré, o cuándo: todavía me da vergüenza. Eso sí, debería hacerlo antes de olvidarla por completo, o de recordarla demasiado bien.
[20/1/2013]
Sigo igual.
[20/1/2003]
A veces tengo ganas de contar por escrito mi adolescencia. No sé si podré, o cuándo: todavía me da vergüenza. Eso sí, debería hacerlo antes de olvidarla por completo, o de recordarla demasiado bien.
Sigo igual.
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creo que, por lo menos para mi, es más lo último que lo primero. calculo que mi adolesencia será más pueril de lo que la recuerdo – y ni te cuento de la infancia –
Otra: cuando será que, en el relato, deberé decidir el final de mi adolesencia. ¿no es que yo era un inmaduro?
Este comentario es un buen comienzo. Saludo. N.
…antes de olvidarla por completo, o de recordarla demasiado bien.” Creo que en el medio de ambas cosas está la literatura.
Polo, cuando termina la adolesencia???, creo que hoy la termino.
¡Basta de terapia, viejo! A nadie interesa la adolescendia de los comentadores, donde termina ni donde empieza, ni nada. No saben aprovechar una pelota picando en el área, ni, egoistas, darle un empujón a un amigo. Desde estas líneas, Eduardo, te insto a contar. No es fácil ni difícil, hay que afilar el lápiz o meter los dedos en las letras correspondientes. De verdad, sería algo que leería con gusto. Gimenez aprendiendo los primeros acordes, descubriendo la ciencia ficción, cambiando discos en el parque Rivadavia, leyendo El Hemofílico. En serio, no veo por qué no hacerlo. Los más probable es que escribas cosas que nos contengan a todos, para nada ajenas y muy entrañables (lo que quiera que signifique esa palabra). Abrazo, Juan.
pd: Sé que vas a lograr no escribir nada, pero este es mi intento.
Juan: gracias por el impulso. En realidad, las cosas que nombrás son las más fáciles de contar. 🙂
(Había empezado a enumerar aquí algunas de las difíciles, pero desistí porque hasta encontrarles nombre me cuesta.)