[30/4/2003]
Mes: abril 2003
[30/4/2003]
(Por Gabriel)
[28/4/2003]
Mientras viajaba en tren con la cámara de video en la mano veía pasar un mundo del que iba registrando fragmentos veloces. Esto ocurría diez años atrás, o doce. Hace mucho menos tiempo, en 2002, instalé en la computadora una placa de captura de video. Así empecé a digitalizar esos fragmentos, y, por primera vez, a ver cuadros detenidos. El mundo que apareció fue otro, diferente del recordado.
En esta página fui presentando algunos detalles de ese nuevo mundo que estaba oculto en la memoria, como la foto de arriba.
Acabo de armar una página con cuarenta de esas fotos, llamada Desde el tren. Algunas son las mismas que aparecieron aquí, otras son nuevas. En todos los casos se las puede ver más grandes (640 pixels por 480, en vez de los 320 por 240 con que las mostré antes).
¡El paseo empieza ahora!
[28/4/2003]
Son cuadras que ya no veo. Estuve allá. Ahora estoy acá. Debí pasar por esas cuadras, pero lo hice tantas veces que no las recuerdo.
Tampoco recuerdo las horas. Antes fue cierta hora de la mañana. Ahora es cierta hora de la tarde. El tiempo intermedio debió transcurrir, pero (casi) no quedan rastros.
Y en este preciso momento no tengo ganas de pensar en los años.
[25/4/2003]
El bar está en silencio hasta que se oyen unos pasos terribles desde el piso de arriba. Es una mujer de pantalón y saco marrones, que empieza a bajar la escalera de madera calzada con unos zuecos estruendosos. Suena como el carcelero que te viene a buscar para la silla eléctrica.
[25/4/2003]
“The idea of a variable speed of light, championed by an angry young scientist, could one day topple Einstein’s theory of relativity”, by Paul Davies.
Ese link está roto. Acá va otro. No sé qué se piensa diez años más tarde de este tema.
[25/4/2003]
Por Gabriel.
[25/4/2003]
Por Gabriel (click para agrandar).
[24/4/2003]
John Hiler es el autor de Microcontent News, un weblog que se hizo célebre a principios de 2002 con varios artículos inteligentes y bien escritos sobre el mundo de los weblogs, el periodismo, la dinámica de la red y la relación entre todas esas cosas. Sin olvidarse de Google, pasión de multitudes.
El último de los artículos, The Network Is The Computer, está fechado el 22 de diciembre de 2002.
John Hiler también es el dueño de WebCrimson, un sitio que ofrece herramientas para hacer weblogs, cuya característica más destacable es un editor de contenidos con muchas más opciones de formateo automáticas que los habituales bold, italic, url de Blogger o Movable Type.
En la página inicial de WebCrimson se pueden leer las WebCrimson News: la última entrada es del 30 de setiembre de 2002.
Eso no es todo. A principios de diciembre, tras un tiempo de desarrollo profusamente documentado en Microcontent News, John Hiler lanzó con bombos y platillos CityBlogs, una idea que despertó entusiasmo en muchas partes: un weblog con intenciones comerciales dedicado a cubrir eventos culturales en una ciudad. Empezó con Nueva York y con tres secciones: cinema, book readings, talks.
La última entrada en CityBlogs New York es del 17 de diciembre de 2002.
Busco “John Hiler” en Google y hay 9.110 resultados (aunque no todos se refieren al mismo John Hiler). La gente tiene links a sus sitios, habla de lo que escribió, comenta sus proyectos. Todo en presente, todo ahora, todo escrito el año pasado. Hay quien lo tiene en su lista de lecturas diarias (me pregunto si no se aburre de leer todos los días lo mismo). Hasta el 22 de diciembre, John Hiler hacía de todo, daba de qué hablar, era mencionado, criticado, aplaudido, tenido en cuenta. Al día siguiente desapareció. Por decirlo de alguna manera, no veo nada que empiece así: “el 23 de diciembre, tras su última aparición pública, John Hiler…”
En junio de 2002, como explicó en este post de octubre, había sufrido un asalto, con pelea incluida, que le trajo algunos problemas neurológicos. Pero se estaba recuperando bien, y parecía tener una energía a toda prueba.
Ahora estamos a fines de abril, cuatro meses después de la última señal que este tipo dejó en la Web. Y quiero saber qué pasó con John Hiler.
Diez años después todos los links están rotos, o llevan a cosas que no son lo que eran. Salvo tal vez CityBlogs, que sin ser lo que describí ofrece cosas semejantes.
De John Hiler ni noticias. Pero hay muchos otros John Hilers en Google estos días.
[22/4/2003]
No es que no tenga nada que hacer, sino que no tengo ganas de hacerlo.
¿A qué estupidez cósmica puedo dedicar los próximos minutos? Veamos, por ejemplo, qué pasa buscando “a” en Google. Algo más estúpido que eso es difícil de hacer. Pero el resultado no es tan estúpido: aproximadamente 2.150.000.000 páginas incluyen “a”. Digamos que llama un poco la atención encontrarse de pronto con tantas páginas, que no sólo existen sino que están en la base de datos de Google.
¿Y si agrego otra “a”? ¿Si busco “aa“? La cosa se pone un poquito interesante: hay aproximadamente 12.500.000 resultados.
Ahora no me para nada, y a Google tampoco. Mejor hago una tabla:
Cantidad de aes | Resultados en Google |
3 | 4.260.000 |
4 | 909.000 |
5 | 226.000 |
6 | 134.000 |
7 | 62.200 |
8 | 182.000 |
9 | 31.500 |
10 | 81.200 |
11 | 25.400 |
Con once aes hay algo casi tierno. Google pregunta: “¿Quiso decir aaaaaaaaaaaa?” Es que doce aes dan 53.800 resultados, más del doble que once.
El mundo es más raro, o más estúpido, de lo que uno cree. Avancemos rápido, que esto se pone pesado:
Cantidad de aes | Resultados en Google |
29 | 1.890 |
37 | 1.250 |
53 | 848 |
66 | 909 |
87 | 96 |
100 | 342 |
A esta altura los listados de Google tienen un aspecto gracioso (o triste, según como se mire). Vale la pena ver el de las primeras diez páginas con 100 aes consecutivas.
Ahora voy por más: pongo 200 aes. Oh, no. Google dice que esa palabra es demasiado larga. ¡Están coartando la libertad de investigación!
Esto me desanima. No quiero seguir. Tengo hambre. Alguien, en algún universo paralelo igual de estúpido se ocupará de la letra b. Creo.
¿Y diez años después? Va la tabla (confieso que con resultados del 9 de mayo de 2013; me atrasé con MW+X):
Cantidad de aes | Resultados en Google |
1 | 25.270.000.000 |
2 | 6.490.000.000 |
3 | 1.950.000.000 |
4 | 71.500.000 |
5 | 53.400.000 |
6 | 22.400.000 |
7 | 7.860.000 |
8 | 30.100.000 |
9 | 205.000.000 |
10 | 51.300.000 |
11 | 342.000.000 |
29 | 1.180.000 |
37 | 173.000 |
53 | 50.000 |
66 | 27.200 |
87 | 10.900 |
100 | 34.300 |
Doscientas aes seguidas siguen siendo una palabra demasiado larga para Google.
Más allá de la obviedad de que hay muchísimas más páginas que hace diez años, hay algo incomprensible en los resultados. ¿Por qué hay tantas páginas con 9 y 11 aes, en relación con los números vecinos? No es un error, los volví a comprobar. ¿Son números mágicos de alguna clase? ¿Le gustan a Google? ¿Se corresponden con algún bucle del sistema nervioso que lleva a dejar de golpetear la tecla “a” tras nueve u once choques? ¿Por qué pasa esto en 2013 y no pasaba en 2003?
(Al margen: mirar allá abajo el comentario de “ciego” de junio de 2005, por ahora último de la lista. Gran conclusión.)