Un gatito empieza a cruzar las vías cuando un tren viene a toda velocidad. Haciendo uso de mis superpoderes lo envuelvo en una burbuja temporal, lo acelero y logro que llegue a salvo al otro lado. Pero el alma inmortal del gatito ha quedado atrás, y ha sido arrastrada por la máquina asesina, allá lejos, fuera de mi alcance, fuera del alcance de todos, hilacha invisible, despojo sin nombre. Pobre gatito, ahora me mira desesperado, sin alma, huérfano para siempre. Y ya no puedo hacer nada por él.
Ei, felicidades por el nuevo diseño, ha quedado muy majo 🙂
En cuanto al gato, es que me ha dado mal rollo el relato XD
Amigo Borjamari,le presento a don Eduardo…ya me dirá,ya.
Gracias, notaprettygirl. Por lo del gato, está claro que no me conviene dejar la medicación… 😉
Muy estimado Sr. Coelho: Con todo respeto debo informarle que Borjamari ya anduvo por aquí. No me fue mal. Tuve suerte.