Los ruidos rítmicos del mundo, como esa alarma de auto, los martillazos del vecino, los gritos de la nena de al lado, deberían sincronizarse y armar una gran sinfonía universal, algo con lo que uno pudiera bailar, alegrarse, ser feliz.
Los ruidos rítmicos del mundo, como esa alarma de auto, los martillazos del vecino, los gritos de la nena de al lado, deberían sincronizarse y armar una gran sinfonía universal, algo con lo que uno pudiera bailar, alegrarse, ser feliz.
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bueno, hay alguien que lo hace, o al menos lo intenta, se llama compositor 😉
saludos!
respetuosamente disiento con el comentario de Lanark.
cuando el compositor duerme y lo despierta una alarma de auto, no piensa en una sinfonía, sino en lo bien que suenan las palabras que en ese momento surgen en su mente, que obviamente no voy a escribir aquí.
saludos