Viven en las ciudades, donde se reproducen a gran velocidad. En pocos años han logrado desplazar a la mayoría de los humanos. Tienen dos patas. Pueden correr de once maneras diferentes, pero prefieren estar quietos. En edificios altos, los machos suelen ocupar los pisos inferiores, y las hembras los superiores. Las crías, en cuanto pueden andar solas, salen a jugar en plazas y parques. Se alimentan de animales urbanos: cucarachas, ratas, perros. Siempre están moviendo las orejas. De noche se hacen invisibles. A veces trazan marcas en paredes y pisos, rombos y espirales que nadie ha conseguido descifrar.