Por un momento entendí cómo sería salir a la calle y quedarme a vivir ahí. Creo que era un sueño. Fue esta madrugada, un poco antes de las seis, despierto pero queriendo dormir, mientras miraba las rayas rojas del despertador que dibujaban números globalmente comprensibles para mi cabeza globalmente incomprensora. Pero antes de que la idea se acomodara cambió el minuto y quedó un vacío. Entonces pensé en escribir un soneto, dibujar un árbol, fotografiar el Snoopy escritor, y no hice nada de eso. Comienzo confuso del día, comienzo del día confuso, puntos en el horizonte que no terminan de hacerse barcos.
Se me vino a la cabeza ese jueguito de unir los puntos para formar una figura.
Los puntos pueden hacerse barcos, o lo que uno quiera.
Cuando éramos algo más chicos, con mi hermano, jugábamos a unir los puntos, pero con los lunares de mi brazo. Tengo que decir que encontramos figuras muy extrañas además de barcos…
Eso sí, nunca lo intentamos antes de las seis de la mañana.