Musical intstruments of the world, Facts on file, Nueva York, 1976. 21 x 27.5 cm.
Mes: mayo 2008
Evans, Tom and Mary Anne, Guitars from the Renaissance to Rock, Oxford University Press, Oxford, 1977. 21. 5 x 25 cm.
Architects for Snoopy, The Montreal Museum of Fine Arts, Montreal, 1992. 21.5 x 25 cm.
Sturgeon, Theodore, Más que humano, Ediciones Minotauro, Buenos Aires, 1955. 11. 5 x 19.5 cm.
Si quisiera conminar no me saldría.
La impresión que tengo es que cada palabra requiere un músculo. Y ejercitar el idioma es como llevar a cabo esas acciones complicadas en las que ni tenemos que pensar: reírnos de un sarcasmo, bajar una escalera caracol, lavar los platos con dolor de espalda. Montones de músculos en acción, y nosotros como si nada.
De vez en cuando tropezamos con algo que requiere un esfuerzo especial, y entonces, por ejemplo, se nos ocurre preestablecer, o conmiserarnos, y hasta entablillar. Son músculos pequeños, indetectables, que se ponen en marcha tras varias protestas, pero al menos existen, están ahí a la espera de que una señal lo bastante intensa los despierte.
En cambio, conminar… No creo tener un músculo para eso.
(Es cierto, esta no es una verdadera crítica de la palabra conminar. A quien esté en condiciones de hacerla, lo conmino a… Epa.)
La ruta que va de La Calera al dique San Roque, en Córdoba, el pasado 28 de abril.
De ida:
De vuelta:
Dos grandes diferencias entre la ida y la vuelta: salió el sol y limpié el parabrisas.