Hace mucho frío. Tanto frío que los autos no arrancan, las vacas no mugen, el corazón no late. Tanto, que hay una nube colgada en el mismo sitio desde hace horas. Hace frío adentro de la letra O. Hace frío en la sartén donde se fríen lentamente unos copos de nieve. Están congeladas las puntas del número 1, aunque eso es algo que pasa con frecuencia. En medio de la cama apareció un cartel de prohibido entrar. El café recién servido levantó vuelo y emigró al norte, donde dicen que es verano.
Pero es tanto, tanto el frío que la mecedora no se mece, la música suena más lenta, los ojos miran un punto donde no hay nada. En el tallo de la planta esas no son hormigas sino esculturas de hielo. El aliento se hace vapor, el vapor agujas, las agujas giran sobre sí mismas buscando algo que pinchar.
Las líneas de sombra de la reja del balcón están quietas en el ángulo de hace un rato, por más que el sol siguió de largo.
En la calle la gente se enrosca y pliega hasta refugiarse en su propio ombligo. Los edificios de enfrente han encogido, de manera que entre ellos queda un pasadizo. El aire está espeso. Las noticias son todas tristes.
El lápiz llega a un centímetro del papel y ahí se le acaban las fuerzas.
Que maravilla Eduardo!
Me ha encantado y se me han disparado unas ilustraciones.
Gracias por compartirlo!
Matías
Que cosas cambian mientras esto sucede en el poema el frío