Encuentro en la newsletter de Rob Walker (The Art of Noticing) esta maravillosa “silla escolar” de Hongxi Li. Bueno, maravillosa para quien no tiene que sufrirla.
No puedo decir que los pupitres de mi infancia fueran así. Pero el espíritu de la escuela era exactamente ese.
Busco imágenes de pupitres que me recuerden los que usé de chico. Lo que más se parece es esto, de unos anticuarios en Instagram. Le falta el hueco para un tintero.
El mismo mueble tenía la mesa de uno y el asiento del de adelante. Cuando el de adelante era inquieto, se movía todo.
Una metáfora de la escuela y la vida en general.
¿Estarán inspirados en los bancos de iglesia con reclinatorio o solo compartirán la inclinación perversa de provocar un sufrimiento discreto, lento, cotidiano y sostenido?