Junto al Monumento a la Bandera, en Rosario, hay un cañón imponente, amenazador, color verde oscuro, que apunta al río. Con la falta de respeto que uno ha ido aprendiendo a tener, me asomo a la boca para ver qué hay adentro. Está oscuro. Entonces se me ocurre sacar una foto con flash. Así, compruebo que el cañón todavía sirve para algo:
Y hablando de cañones, resulta que en Los Cocos, Córdoba, un lugar lleno de juegos y diversión, hay otro ejemplar, si no idéntico al de Rosario al menos muy parecido. El detalle: a alguien se le ocurrió la brillante idea de apuntarlo a un sitio de juegos infantiles. De esta manera, estoy seguro, los niños crecerán con una mayor conciencia de las condiciones que les depara el futuro:
(Los responsables del lugar no se hacen cargo de los accidentes. En cierto sentido, nada es accidente.)
¿En los mismos qué? (?)
Y ya que estamos, ¿qué instrucciones?
Ahhh… “estas instrucciones” -> “Respete estas instrucciones”. Je.
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de duro de domar
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para todos lo que estan aiiiiii
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