[30/7/2002]
—La luna está menguante —dijo el taxista—. Buen momento para cortarse el pelo.
—Esa no la sabía —dije.
El taxista dio vuelta la cabeza para mirarme y le sonrió a mi ignorancia.
—Si te cortás con la luna en creciente —explicó—, el pelo crece más rápido.
—Ah —respondí.
Estaba hermosa la luna, esa noche de sábado, en el aire marítimo.