Todos los años hay algunos feriados que caen en domingo. La vida es así. Pero nada como el año pasado.
Para empezar, toda Semana Santa cayó en domingo. Estábamos desesperados. Y en una seguidilla tremenda fueron domingos el 2 de abril, el 25 de mayo, el 20 de junio y el 9 de julio. El gobierno, para compensar, eliminó dos lunes del calendario, pero por culpa de ese cambio también fueron domingos el 17 de agosto y el 12 de octubre.
La situación me hizo acordar cuando era chico y los días de carnaval eran feriados: una vez, el lunes y el martes de carnaval fueron domingos. Nos queríamos morir. Pero ni siquiera eso se puede comparar con lo del año pasado.
El gobierno, pensando en el año electoral que venía después, instauró el Día Nacional del Feriado. Con tan mala suerte (o tan mala intención) que cayó también en domingo.
Ya nadie se sorprendía de que incluso el 21 de septiembre fuera domingo. Pero lo que nos sacudió a todos, especialmente a los no católicos y no religiosos, fue que el Vaticano decidiera mover el 8 de diciembre, que era un viernes, al 10 de diciembre: como todos saben, un domingo. La Navidad quedó donde estaba, en domingo por supuesto.
Mi cumpleaños no, no hubo caso. Fue miércoles nomás.
Ayer escuchaba la radio y leen el mensaje de una sra que pregunta “¿Por que movieron de fecha la Semana snata, este año?”
¿¿¿¿¡¡¡¡!!!!????
Ya no nos queda nada en que creer… Lo unico en lo que tenia fé…cae justo domingo!!
Luli, al menos los domingos son buenos días para la fe. Imaginate una fe en pleno miércoles…
Afortunadamente fue, que ya es mucho.