Alguien improvisa palabras
como si existieran en el diccionario.
Pero no hay idioma infinito
—qué pocas mentiras quedan por decirse.
Yo te contaría un secreto
si me prometieras conservarlo,
pero se lo vas a decir a otros diez.
¿Cuántos verbos tiene la tarde
desde el mediodía hasta la hora oscura?
¿Cuántas letras tiene tu libro,
ese que guardaste para no leerlo?
Yo te contaría mi cuento
si me prometieras recordarlo,
pero te lo vas a olvidar otra vez.