[24/8/2002]
Las pistas están siempre ahí. Pero yo las entiendo diez años más tarde.
¿Y qué puedo decir diez años más tarde? Las pistas siguen estando siempre ahí.
[24/8/2002]
Las pistas están siempre ahí. Pero yo las entiendo diez años más tarde.
¿Y qué puedo decir diez años más tarde? Las pistas siguen estando siempre ahí.
[24/7/2002]
Ayer armé tres paginitas con chanzas que fui posteando en este weblog (qué cosa las palabras; “chanza” siempre me sonó a “chancho”; “postear” a “bosta”; tal vez sea una obsesión). Bueno, esas páginas están en la sección Palabras y otros inventos del sitio, y son:
Supongo que reciclar justamente la parte más liviana y tranquila del weblog es un modo de combatir los bajones.
Siempre la necesidad de recopilar. Siempre la de combatir los bajones.
[23/8/2002]
Esta página en supuesto inglés, sobre un grupo musical, es una joya de la traducción automática. Y está publicada en serio, como si no contuviera tantos chistes excelentes. Tres ejemplos:
“The group touches to subjects of the best groups of gypsy music”
“Ivan Dimitrov (Gadulka) It was born in Bulgaria”
“L’Orkestina tries to disclose and to make to the public each one accessible of these styles creating a playful atmosphere and améno.”
(Gracias a Marcial Souto por el link, y por descubrir esta música.)
Como tantas buenas cosas, la página ya no existe. Si uno busca “The group touches to subjects of the best groups of gypsy music”, el único resultado que da Google es el post original en la Mágica Web.
[21/8/2002]
Hay cosas que no se hacen. Irse a dormir masticando un chicle es la más estúpida que se me ocurre en este momento.
[21/8/2002]
De noche, en la cama, con los ojos cerrados, las cosas parecen estar más cerca.
[21/8/2002]
El monstruo que duerme abajo de mi cama tiene la costumbre de roncar. A veces, cuando lo pincho con una varilla de metal para que se calle, reacciona con un zarpazo o un mordisco. Pero en general se limita a gruñir y darse vuelta, para seguir roncando un minuto más tarde.
[21/8/2002]
Estaba remando de regreso cuando me empecé a despertar. Primero desaparecieron los remos. Luego la sensación de movimiento. Por último, el bote. Abrí los ojos justo antes de caerme al agua.
[21/8/2002]
Cuando a un chico se le cae un diente viene el Ratón Pérez y le deja algo de plata. En cambio, cuando a un adulto se le cae un diente (y en esto nos pusimos de acuerdo Marcial Souto y yo, hace un rato, hablando por teléfono), viene una rata gris amarronada, recién salida de las cloacas, y le deja una horrible factura del dentista.
[21/8/2002]
Hablan. El bebé llora. Él y ella hablan. Y el bebé llora. Siguen hablando, los dos, frente a frente en la mesa del bar, mientras el bebé llora con suavidad en el cochecito, un poco más cerca de ella que de él pero lejos de ambos. No dejan de hablar, ni él ni ella. No deja de llorar, el bebé. Hablan un poco más, otro poco más. Llora un poco más, otro poco más. Qué otra cosa tienen por delante más que hablar. Qué otra cosa tiene por delante más que llorar. Ya casi estamos en septiembre.
[20/8/2002]
Hace más de seis meses que empecé este weblog. Ya no cumplo con aquella especie de compromiso, que asumí conmigo mismo al comienzo, de agregar algo todos los días. Pero es cada vez más fuerte la sensación de que sin el weblog me faltaría algo importante, muy difícil de explicar.
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