Autor: Eduardo Abel Gimenez

Like a rolling stone

Michael Hedges. Tengo en mp3 otra versión, que suena mucho mejor. Pero aquí se lo ve con toda la gracia y toda la furia:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=KzBXcdHA1Hk&hl=es&fs=1]

Jimi Hendrix. Si no fuera por YouTube…:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=gYwZ8I8wOGA&hl=es&fs=1]

Bob Marley (mezcla con alguna otra cosa, claro):
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=-BBBMNjPblY&hl=es&fs=1]

Paula West. Me sobresalta cómo la cara de los músicos refleja lo que dice la letra. No sólo la cantante, con su fraseo indignado y su gesto de estar retando a la protagonista de la letra. Los músicos están un poco enojados, un poco tristes, un poco cansados. Lo que dije, me sobresalta. Gran versión, hasta que a los seis minutos todos pierden el rumbo… ¿como corresponde a la canción?:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=zJGoGrG0h5g&hl=es&fs=1]

Susheela Raman. Ni idea (no busqué datos):
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=Vfp5LM9I6Fw&hl=es&fs=1]

“No secrets, toucan, seal. How is the veal?” A medias letra equivocada a propósito, a medias tergiversación de lo que dice la letra de verdad. Requiere familiaridad con la letra, cierto carácter malvado, cierto carácter bondadoso, y bastante paciencia:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=fnYqyDnUQnE&hl=es&fs=1]

El otro yo de “Like a rolling stone”:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=Coy8Hoa1DNw&hl=es&fs=1]

*

Posdata. ¿Qué será lo que les da gracia a estos videos de “Raphael Linden” en Vimeo? (El primero tiene un fragmento de Like a rolling stone, lo digo como para mantener una ilusión de coherencia.)
http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=213802&server=vimeo.com&show_title=1&show_byline=1&show_portrait=0&color=&fullscreen=1
A Normal Day At School from Raphael Linden on Vimeo.

http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=211495&server=vimeo.com&show_title=1&show_byline=1&show_portrait=0&color=&fullscreen=1
Screaming, Running and Cheese from Raphael Linden on Vimeo.

http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=209024&server=vimeo.com&show_title=1&show_byline=1&show_portrait=0&color=&fullscreen=1
Naked As We Came – Iron & Wine from Raphael Linden on Vimeo.

http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=209015&server=vimeo.com&show_title=1&show_byline=1&show_portrait=0&color=&fullscreen=1
Soccer! from Raphael Linden on Vimeo.

Inentendible por omisión

Antes del texto propiamente dicho, las noticias de Página/12 empiezan así: primero una volanta, en tipografía más o menos chica, cuya información es más o menos la de un título clásico. Luego el título, en tipografía grande, que suele ser de fantasía, con referencias culturales, vueltas de tuerca, opinión editorial, etc. Y luego el copete, con el resumen de lo que se trata. Hasta aquí bien.

El problema es que en la página inicial del website omiten la volanta. Es una decisión de diseño, no hay vuelta ni excepciones. En la página inicial del diario en la Web aparecen el título y el copete, además de la foto. Volanta, nada.

Así, muchas noticias no se entienden.

Van tres ejemplos de la edición de hoy (este link es el permanente), que elegí independientemente de la relevancia de las noticias.

Uno:

¿Qué funcionario macrista? ¿A dónde fue? La respuesta, en la volanta omitida: POLEMICO PASO DEL MINISTRO DE EDUCACION PORTEÑO, MARIANO NARODOWSKI, POR LA LEGISLATURA (sic. También por diseño, se omiten los acentos y los títulos van en mayúsculas).

Otro:

Tal vez uno conozca a la figura emblemática por su foto, tal vez no (yo no, admito). ¿Quién es? Se entiende que falleció, pero el texto no lo dice. Otra vez, vamos a la volanta omitida: MURIO DARWINIA GALLICHIO, DE ABUELAS DE PLAZA 25 DE MAYO. (Sic: ¡Abuelas de Plaza 25 de Mayo!)

Y otro:

¿Qué arquero cordobés? ¿Qué entrenador? Una vez más, la foto da pistas: obviamente se trata de Boca, y seguramente haya gente que conozca la cara (yo no). Volanta omitida: CARLOS ISCHIA INCLUYO A MAURICIO CARANTA EN LA LISTA DE CONCENTRADOS. (Al margen, no importa que haya que saber que Carlos Ischia es el entrenador de Boca. Yo no lo sé, pero a mí el fútbol no me interesa y no es un artículo que vaya a leer. Los interesados en el artículo seguramente saben ese dato.)

Todos los días hay casos así, como se puede ver recorriendo ediciones anteriores.

La cuestión es simple. ¿Por qué tomaron la decisión de omitir las volantas si actúan como verdaderos títulos? Y una vez que se ven los resultados: ¿por qué no cambian el diseño para que las volantas aparezcan?

Hay casos de incompetencia tan extremos que son difíciles de entender. (El de Página/12 no es el único sitio en que estas cosas ocurren, pero es tal vez el más notorio.)

Población

En otros lados, menos gente que la que vive en mi cuadra elige un intendente.

Ximenez en Tumblr

Desde hace unos días tengo mi tumblelog: ximenez.tumblr.com. Ahí van las cosas que encuentro en la Web y me llaman la atención. O algo así.

(Tal vez deba agregar que estas cosas no me duran mucho. Ya hice tres o cuatro blogs de hallazgos y los dejé tirados por ahí. Uno en este mismo servidor, otro en Blogger, otro en WordPress.com… Pero eran distintos, costaba un poco más hacerlos, no sé. Igual no se confíen. O no me confíen.)

El intento de Golett

Al Norte y al Sur la ciudad no terminaba nunca, y al Este no iba nadie porque estaba el río. Al Oeste empezaban los barrios pobres y los días trisítes, dos inventos que en esa época tenían mucho éxito pero que Golett preífería evitar. Entre esas cuatro paredes que le ponía la ciudad, Golett miró primero hacia arriba y luego hacia abajo. Arriba pasaba un avión que venía de la base. Abajo estaba el jardín de su casa de El Palomar.

Tardó un minuto en decidirse. Para salir de la ciudad había un solo camiíno, y se puso a cavar.

El primer día consiguió hacer un pozo de dos metros, y después se fue a dormir. A la mañana siguiente tropezó con una roca y tuvo que recurrir al martillo. Al mediodía ya tenía llagas en las manos, así que se permitió una siesta.

Los vecinos se fueron enterando del intento, como sólo saben enterarse los vecinos, y la noticia corrió de cuadra en cuadra. Al tercer día, Golett fue a ver la obra y descubrió que se la habían invadido.

Eran tiempos en que mucha gente quería irse de la ciudad, y no todo el mundo tenía el ingenio de Golett. Muchos eran envidiosos, y a nadie le preocupaba aprovecharse del trabajo de otro. Por eso, los más madrugadoíres habían corrido al jardín de Golett y se habían zambullido de cabeza en el pozo. Los que vinieron después llegaron a tal velocidad que no pudieron frenar y terminaron cayendo sobre los primeros. Los últimos, que eran de esos que siempre dependen de la suerte y del prójimo, se encaramaron soíbre los otros, pensando que el peso de los cuerpos haría ceder el fondo del pozo y todos caerían en algún paraíso reservado a los inteligentes. Así que cuando Golett se asomó al jardín había una montaña humana más alta que el techo.

La policía también se enteró, y se llevó a Golett por sospechoso de algo que no estaba muy claro. Lo encerraron en un sótano, y esa fue la mayor profundidad que consiguió alcanzar en su intento.

Golett era capaz de reconocer sus errores. Esta vez había cometido dos: suponer que hacia abajo el camino estaba despejado, y creer que no había otra dirección que llevara fuera de la ciudad. Eran errores graves, porque abajo había tantos vecinos y policías como en cualquier parte, y además quedaba otra dirección para probar: hacia adentro.

Al principio, Golett se rio de sí mismo. Hacia adentro sólo se consigue enítrar, y eso a veces. Salir, se sale hacia afuera. Pero después cambió de idea.

Llevaba apenas unas horas encerrado cuando empezó a salir hacia adentro. Nadie se dio cuenta, porque se iba achicando tan despacio que diísimulaba bien.

—No sabía que era un enano —dijo el juez a la semana, cuando lo llevaíron a declarar.

Los policías se rascaban la cabeza.

A los veinte días era tan pequeño que pudo pasar entre dos barrotes y salir a la calle. Ya ni siquiera parecía un enano. Teniendo en cuenta que el mundo seguía lleno de policías y vecinos, tuvo que encontrar un modo de pasar inadvertido. Se puso a andar como un perro.

El perro Golett anduvo por las calles durante un mes, primero como doíberman, luego como cocker, finalmente como pekinés. Después se hizo gato, ratón, araña. Estaba cansado de comer porquerías, pero su intento teínía tanto éxito que siguió adelante, haciendo fuerza todo el tiempo para que sus partes y las partes de sus partes fueran saliendo de la ciudad, una a una y hacia adentro.

El último testigo de su desaparición fue un chico, que se quedó con la boca abierta ante el lugar vacío donde antes había un punto, y antes una mosca que se desinflaba.


(Este cuento apareció por primera vez en la revista El Péndulo N° 12 (Buenos Aires, 1986). Luego entró en la antología Fantasía y Ciencia Ficción, Cuentos hispanoamericanos (Buenos Aires, 1994), de Huemul. También está en un manual escolar, para satisfacción o sufrimiento de unos cuantos niños (ver comentarios 2, 9, 10), pero no tengo a mano el dato, y nunca vi el libro: si alguien sabe de qué manual se trata, por favor que lo anote en los comentarios. Hasta donde sé, es la primera vez que Golett aparece en la Web.)

Lamb

Por primera vez en muchos años, seguro más de veinte, acabo de escuchar entero el primer disco de The lamb lies down on Broadway. Si no fuera porque lo experimento de primera mano, me costaría creer que siga siendo tan emocionante. Ahora voy directo al segundo.

Comentario sobre comentarios (y sobre Google)

Desde hace mucho tiempo, casi todos los comentarios de visitantes en este sitio corresponden a posts muy antiguos, y consisten en palabrotas, insultos y expresiones de fastidio por no encontrar lo que se buscaba. Ya escribí antes sobre esto, con un ejemplo elocuente.

Quiero decir dos cosas. La primera es que, simplemente, me terminé de cansar. Sólo por eso a partir de ahora los comentarios serán moderados. Y voy a aplicar un criterio muy estricto para aprobar cada comentario: deberá estar relacionado con el tema del post (o relacionado con algo sensato en lo que otros comentarios hayan convertido al post, cosa que ocurre cada tanto); y deberá ser amable. Nada de comentarios con insultos.

La segunda cosa es que, habiendo visto una baja muy pronunciada en las visitas de la Mágica Web (de quince a veinte mil por mes a tres mil, en el último año), estuve buscando en Google algunas palabras clave para ver qué ocurría. “Mágica Web”, que antes daba este blog en primer lugar, ahora muestra:

Y así sucesivamente. Es decir, toda clase de links a este sitio (que los hay y muchos, y todos los agradezco inmensamente), pero no el sitio en sí. En las primeras diez páginas de resultados de Google, no aparece ni una vez el dominio magicaweb.com.

Algo similar ocurre buscando mi nombre. Antes, magicaweb.com aparecía en primer lugar. Ahora, no aparece en las primeras cinco páginas (y después no sé).

¿Qué pasó con Google? Como todo lo demás sigue igual, sospecho que los algoritmos googleanos me bajaron el pulgar por el lenguaje de los comentarios. No se me ocurre otra cosa, y puedo estar equivocado.

Juntando todo esto, no sé si racionalmente o no, pero profundamente harto, voy a hacer algo más con respecto a los comentarios, además de moderarlos. Voy a borrar todos los que convirtieron páginas y páginas de este blog en basura asquerosa. Me doy cuenta de que, por diversos motivos, debí moderar antes los comentarios. Pero no lo hice, pensando que favorecía alguna clase de libertad, y que dejaba al ecosistema de la Web florecer a su gusto.

Me arrepiento, entonces, de tanto dejar hacer, y tomo las riendas.

Tres apuntes

Desprolijos, desenvueltos, descontracturados. Músicas cortas y sin pretensiones. Tal vez un día formen parte de algo.

(Copa con agua, objeto con semillas, sikus.)


(Melódica x 2.)


(Guitarra con cuerdas frotadas x 3, percusión en la panza y en la guitarra, voz.)

Poliardo

Edgardo
Eduardo
Abelardo
Cainardo
Bernardo
Ricardo
Petardo
Dardo
Leonardo
Leopardo
Busardo
Nobleza Piccardo
Agusanardo
Apelmazardo
Agujereardo
Te recuardo Amanda
Meardo
Estuardo
Cardo
Libardo
Bardo
Gatopardo
Tragardo
Belisardo
Dinosardo
Campanardo
Apurardo
Fardo
Empanardo
Romuardo
Fulardo
Mengardo
Zutardo
Perengardo
Trafalgardo
Campanardo
Tal para cuardo
Funcionardo
Invernardo
Oscardo
Sardo (aka Quesardo)
Trastabillardo
Mean Mr. Mustardo

1310

Siempre pienso que hago mal en dejar la música ahí solita, en vez de rodearla de explicaciones. Pero la duda se me pasa y abandono la música a su suerte, en parte porque si la tengo que defender entonces mejor que no sea escuchada, y en parte porque no sé cómo defenderla.

Pero esta vez la duda es más grande que de costumbre, y supongo que entre las causas hay que considerar que esta vez también la música es más grande: sesenta y nueve minutos.

Así que algo voy a decir, pero poquito.

Al comienzo hay poca variedad tímbrica, pero eso cambia después. Lleva unos siete minutos llegar al primer cambio importante en cuanto a timbres, y luego hay novedades cada pocos minutos. Las variaciones rítmicas son muchas, pero andan siempre alrededor de unas pocos modelos básicos. Eso sí, todo el tiempo aparecen “microclimas” (distintas combinaciones de ritmos, timbres, alturas, volumen, intensidad) que modifican lo que se percibe. ¿Armonía? Mucho do mayor, y mucha atonalidad. No soy quién para hacer progresiones armónicas. Así que paciencia: esto es largo, pero diría que quien entre con confianza irá recibiendo premios.

Claro que nada de eso era lo que quería decir. Quería contar algo sobre por qué, de dónde, hacia dónde. En fin.

Otra vez será. La duda sigue igual. Pensé que podía quitarme un peso de encima, pero no. Se ve que el peso viene de algún otro lado.