Autor: Eduardo Abel Gimenez

Cosas que hay en mi biblioteca

Calvino, Italo, Las ciudades invisibles, Minotauro, Buenos Aires, 1974. 11 x 19 cm.

Cosas que hay en mi biblioteca

Burgess, Anthony, La naranja mecánica, Minotauro, Buenos Aires, 1971. 11 x 19 cm.

Símil 11

Es como una moneda entre las rocas de la orilla
donde a veces llega la espuma de las olas
de un mar lento
donde hace años está naufragando un barco
ante mis propios ojos.

Cosas que hay en mi biblioteca

Voiskunski, E. y Lukodianov, I., La tripulación del “Mekong”, Editorial Mir, Moscú, 1972. 11 x 16.5 cm.

Cosas que hay en mi biblioteca

Reggini, Horacio C., Computadoras. ¿Creatividad o Automatismo?, Ediciones Galápago, Buenos Aires, 1988. 15 x 22 cm.

Cosas que hay en mi biblioteca

Vance, Jack, Araminta Station, Tor, Nueva York, 1989. 10.5 x 17 cm.

Cosas que hay en mi biblioteca

Augarde, Tony, Word Games, Oxford University Press, Oxford, 1994. 13 x 19.5 cm.

Cosas que hay en mi biblioteca

Varlotta, Jorge y Lizán, Los Profesionales, Puntosur, Buenos Aires, 1987. 19.5 x 27.5 cm.

Cosas que hay en mi biblioteca

Sturgeon, Theodore, El hombre sintético (The Dreaming Jewels), Cenit, Barcelona, 1961. 11.5 x 17 cm.

El crítico de palabras. Hoy: peyorativo

Tengo una relación pésima con la palabra peyorativo.

Se me mezcla con epopeya.

Me pasa que quiero decir que algo es peyorativo, y la palabra no me sale, y lucho pero no hay caso, me viene a la cabeza la palabra epopeya, que se le parece tanto en la rareza, y la cosa no cierra. Epopeya es un tapón, un corcho que me impide ver más allá, y tengo que renunciar a la frase, a veces a la conversación entera.

—Lo dijo en sentido epopeya.

—¡Pero eso es muy epopeya!

Ya sé que no es culpa de peyorativo, sino de mi cerebro. Pero que nadie diga que se trata de una palabra amable con las personas.

(P.D.: ¿Popeya es la epopeya de Popeye? ¿O este es un comentario popeyorativo?)