Ayer fui a sacar esta foto, sobre la calle Olazábal, para poner al día la colección. Recordaba las fotos que saqué ahí mismo tiempo atrás, con mi primera cámara digital. Volví a casa con la nueva captura y busqué las viejas. Resulta que en el medio pasaron quince años.
El estacionamiento sigue en su lugar. La enredadera (o las enredaderas), claramente también. Yo me mudé dos veces, siempre dentro del barrio. Pero quince años. Quince. ¿Cómo seguir mirando el paso del tiempo cuando algo tan próximo como aquellas fotos, guardadas en la misma carpeta de la computadora (de sucesivas computadoras, eso sí), ya andan por los quince años?
En 2004 las subí al blog (que también tuvo varias mudanzas, pero se mantiene entero), incluyendo una que recién cumple catorce años y medio. Vuelvo a subirlas acá, esta vez más grandes. Muestran el ciclo de la enredadera en las distintas estaciones del año.