Etiqueta: MW+X

Mi pared

[7/6/2002]

Es como no haberse visto nunca la cara en el espejo.

Desde mi ventana veo una variedad de edificios. Más que nada, las partes íntimas: un costado, un contrafrente, la pileta de natación, un pozo de luz, ventanas internas, la columna vidriada por donde pasa un ascensor. Pero no puedo ver mi propio edificio, este contrafrente donde tengo mi ventana. No sé cómo es. ¿Hay muchas plantas en los balcones? ¿Está sucio? ¿Parece pobre, o sólo más o menos? ¿Cómo es la ventana que está justo sobre la mía, tan cerca y tan definitivamente lejos de mí?

Si me tomara mis preocupaciones en serio, debería tratar de subir a una de esas terrazas, allá enfrente, y registrar mi pared, mi tablero de ajedrez vertical con casillas habitables, en una colección de fotos. O, mejor, videos, aprovechando que la cámara puede usar la mínima luz. Al sol, a la sombra. De día, de noche. Con las luces prendidas. Al amanecer, todavía a oscuras, cuando este yo se acerca a la cama de mi hijo para despertarlo y sube suavemente la persiana.

Arrullo

[7/6/2002]

De noche, las alarmas de los autos nos arrullan dulcemente cual grillos urbanos.

[7/6/2012]

Me acuerdo que usé itálicas como un guiño para dar a entender que había una cuota de sarcasmo. Otro guiño, más enérgico, fue usar la palabra “cual” en vez de “como”, cosa que me tengo prohibida desde la más tierna infancia. (Igual que la frase “la más tierna infancia”.) La pregunta del millón, como siempre, es si esas cosas se entienden. O no, esa es la pregunta de los quinientos mil pesos, la del millón es: ¿importa mucho que se entiendan?

Si breve

[6/6/2002]

Lo bueno, es decir lo satisfactorio, lo que de un modo u otro nos mejora como seres humanos, nos enaltece, nos hace desear este nuevo día que comienza, aquello, decía, que tiene calidad, que responde a necesidades auténticas y no a superficialidad mercadotécnica, lo verdaderamente bueno, si breve, si no excede el mínimo necesario para ser expresado, para transmitir su mensaje esencial, para tomar existencia propia sin rebosar en direcciones inexactas, porque aquí hablamos no sólo de las bondades sino de sus límites, eso, entonces, que cumple ambas condiciones, será dos veces, no exactamente, es una forma de hablar, una figura del lenguaje, una simplificación útil como tantas otras que nos hemos acostumbrado a usar en este mundo tan lleno de metáforas, más o menos dos veces, decía, bueno.

Verdulerías

[6/6/2002]

En mi barrio debe haber setecientas cincuenta verdulerías. Los otros negocios decaen, cierran, caducan, se desmoronan, quiebran, se vacían, cambian de rubro, de dueño, de aspecto, se reciclan, desaparecen. Las verdulerías no. Las verdulerías permanecen firmes, aguantan el paso del tiempo, las crisis, las estaciones, reverdecen cada día, se ven prósperas, seguras, perennes, sólidas, verdaderos pilares de la comunidad. Es más, acaban de abrir una justo frente a mi edificio, y estoy seguro de que seguirá allí cuando todo lo demás haya muerto, llena de manzanas relucientes y naranjas pintarrajeadas.

Aquí pasa algo.

A-BEKKER

[6/6/2002]

A-BEKKER, BEL-COZVIJAR, CR-EZZELIN, F-IZZO, etcétera: las palabras del lomo en los distintos tomos de un diccionario que tengo frente a mí y no uso desde hace años. El mundo es algo desconocido, incomprensible, ajeno.

[6/6/2012]

Sigo teniendo ese Espasa-Calpe, el viejísimo Diccionario Enciclopédico Abreviado. Pero ahora también tengo (recuperado de la infancia) el Diccionario Enciclopédico Quillet, que de alguna forma tiene un estilo más narrativo: A-Azzano, B-Compraventa, Comprender-Estucuru, Estuche-Historia, Historiado-Mamifero, Mamila-Patelar, Patelidos-Scheele, Scheer-Zywiec. El uso de mayúsculas/minúsculas es raro, porque se supone que las palabras no enciclopédicas empiezan en minúscula (así es adentro del diccionario). Pero lo más raro es que recién ahora, y hace casi medio siglo que conozco el Quillet, me doy cuenta de que dos palabras que llevan tilde no lo tienen.

Circo

[6/6/2002]

Mi mujer le puso nombre a un nuevo oficio circense: el malapalabrismo.

Cerca

[6/6/2002]

El cielo brilla tanto que por un momento parece estar más cerca que los edificios en sombras.

Protestón

[6/6/2002]

Hoy (es decir ayer miércoles) tomó el control mi yo protestón. No está mal de vez en cuando. Me imagino que pronto volveré a la programación habitual.

Publicidad

[5/6/2002]

Clarin.com está haciendo publicidad de lo que será su cobertura del partido Argentina-Inglaterra. La publicidad consiste en animaciones Flash que rotan al azar. Si uno tiene suerte, se puede encontrar con esto:

La cara de un jugador inglés (disculpen mi ignorancia, no sé quién es; ¿Spice-Boy Beckham?), mezclada con el pelo de Margaret Thatcher, será en algunos ambientes publicitarios una idea brillante. Premios, premios, hurra, hurra. ¿Y después qué? ¿Van a poner una de Batistuta con el whisky de Galtieri? ¿Eh?

(Otra de las animalad… er, animaciones dice “Argentina vs Inglaterra” bajo el dibujo de un match de box. Eso, que se agarren a las piñas así nos divertimos más. Arrgh.)

Software idiota

[5/6/2002]

Hace muchos años compré el Visual Basic 3 y me enamoré otra vez de la programación, que había dejado atrás luego de experimentar largo y tendido con mi vieja TI99/4a y, luego, mi Commodore 128.

Hace menos años compré el Visual Basic 4 y me “profesionalicé”. Es decir, escribí algunos programas para usar en proyectos comerciales: constructores de pasatiempos que me facilitaron mucho lo que es mi trabajo principal, hacer revistas de crucigramas.

Al VB4 le agregué otra compra: un OCX que puede escribir archivos .wmf, Windows Metafiles.

Hasta aquí, todo bien. Con vueltas (por ejemplo, la reconstrucción de cada archivo wmf desde CorelDraw para finalmente exportarlo con un formato como la gente, todo lo cual es otra historia), pero bien.

Finalmente, hace cosa de tres años, compré (e insisto con el verbo comprar: gasté mucha plata, muchos dólares, en el software original, como corresponde, y por eso es que tengo derecho a queja), compré, decía, el Visual Basic 6.

Caramba. Resulta que el “grid” que usaba en mis programas no viene incluido. O es otro. Así que debo tener también instalado el VB4 para editar mis programas.

Caramba. Resulta que el VB4 requiere que encuentre el primer diskette del VB3 para mostrarle que soy un legítimo candidato al update. ¿Dónde lo puse? ¿En este cajón, o en aquel? ¿O en este otro? ¿O más allá? La próxima vez debo ponerlo en algún sitio seguro… como la vez anterior.

Caramba. Resulta que el OCX que hace metafiles no carga cuando uno recién instala el VB6 (y esto pasa dos veces por año, más o menos la frecuencia con que Win 98 me obliga a reinstalar todo de cero). Así que hay que reconstruir desde adentro los programas, volver a compilarlos, etc.

Caramba. Resulta que descubrir todo esto luego de reinstalar todo, incluido el VB6, para luego instalar el VB4, equivale a descubrir que un doble click en cualquier archivo .vbp abre el VB4 en vez del 6, con todos los errores correspondientes.

Caramba. Resulta que cada seis meses me olvido de todo lo anterior y vuelvo a caer en los mismos problemas, y pierdo no menos de dos horas en hacer que todo ande igual que antes. O casi igual. Y de paso me gano un buen susto o dos.

Caramba. Resulta que uno de los programas, recién compilado, sigue sin andar. Y no le cambié nada. Y no me acuerdo si esto pasó antes, o qué.

Estoy podrido de estas complicaciones inútiles. Y ahora amenazan con el Visual Basic .Net, que va a ser más o menos incompatible con todo lo anterior, y que significará tarde o temprano que ya no habrá soporte ni nada para las versiones viejas, y que los nuevos sistemas operativos y otros chiches van a impedir sistemáticamente que haga andar mis queridos programas iniciados con el VB4 a partir del potencial que vi en el VB3.

Y todo esto no es más que la punta del ovillo. Lo que acabo de ver por enésima vez. Hay mucho más, que no voy a ponerme a contar (por ejemplo, sólo para dar una idea, ¿hasta qué versión de Access creen que es compatible el VB 6? Adivinen).

[5/6/2012]

Ni qué decir que todo esto es historia antigua. Ni hago más pasatiempos, ni se habla más del Visual Basic.