[21/5/2002]
La radiación les llegaba hasta el cuello, y seguía subiendo.
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La mosca, herida, volaba dejando una estela de humo negro.
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Tras haberse hundido con su barco, el capitán aún se preguntaba si había sido una buena decisión.
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El sol caía en vertical sobre el paisaje, destrozándolo.
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Llegó a la panadería antes de hora, sólo para comprobar que el panadero tenía los labios llenos de polvo blanco.
El tercer microcuento entró en El hilo, libro álbum que hicimos Claudia Degliuomini y yo, y que publicó Del Eclipse en 2011. Estas son las páginas correspondientes (click para verlas más grandes):
Hace pocos días aparecieron aquí, en MW+X, otros dos microcuentos de El hilo, y sus páginas en el libro.