[3/10/2002]
Entre el spam y los virus, el email se está poniendo bastante pesado. Con un nuevo bicho dando vueltas, el Bugbear, y con los diversos Klez todavía sueltos, en las últimas 27 horas me llegaron 109 advertencias de mi servidor de que recibí virus o los envié (esto último falso). Es una suerte que haya antivirus en el servidor, pero esas advertencias son inútiles cuando los virus falsifican el remitente. Acabo de desactivar los avisos del servidor (con un truco que me pasó la amable gente del servicio técnico).
El spam es otra historia, mucho más difícil de filtrar. Todavía guardo el spam que recibo (nunca se sabe cuándo, ni en qué casos, llegará la hora de la dulce venganza), aunque estoy pensando seriamente en dejar de hacerlo. Durante septiembre me enviaron 1087 ejemplares de spam, la gran mayoría en HTML, con imágenes incluidas, attachments, etcétera, etcétera, etcétera. Esto significa un promedio de 36 por día, tal vez el doble de un año atrás.
Hay agoreros que anuncian el final del email como medio de comunicación. Ahora no encuentro los links, pero en estos días vi un par de notas al respecto. Tal vez tengan razón.
Hay cosas (como el email) a las que les lleva mucho tiempo morir.