[28/10/2002]
Creo que es mejor ser como la liebre, capaz de parar a divertirse, comer, dormir la siesta; de olvidar el deber y en todo caso hacerlo de taquito cuando no hay otro remedio; de estar feliz consigo misma aunque nada sea perfecto; de disfrutar la vida. Al fin y al cabo, ¿qué importancia tiene ganarle a una tortuga?
¿Y que te cacen los paisanos, porque viene el camión de los alemanes a recoger las piezas pagando buen dinerito?
Bueno, pero de eso no habla la fábula…