[6/11/2002]
(Con un guiño a Jordi Cebrián)
Giró la llave en el sentido equivocado y terminó todo.
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Al mediodía aún no habían logrado que saliera el sol.
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Necesitaba una lista de compras que pudiera resolverle la vida.
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Bajé antes. Caminé. Miré pájaros. Llegué tarde. No me esperaban.
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En el colectivo siete personas estaban sospechando de las otras.
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Le puso en los ojos unas gotas para mirarse adentro.
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Dedicó su vida a cambiar el uso de una palabra.
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En la tumba sólo encontraron una moneda de diez centavos.
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Se puso a escribir sin saber que acabaría tan pronto.
Tardé, pero en algún momento me di cuenta de que eran nueve en lugar de diez.
Uno más:
Salió, caminó desencajado y regresó a la caja con alivio.
Era el último sobreviviente del planeta.
Alguien golpeó su puerta.
Fredric Brown (adaptado para la ocasión)
Te devuelvo el guiño, y te adjunto un cuento de diez palabras:
Un extraño habitaba su cuerpo, y él dentro del armario.
Saludos.