Los dos hombres están de pie, frente a frente. El de la izquierda habla sin parar, mientras mueve las manos como para dar más sentido a lo que dice. El de la derecha escucha con atención, pero no mira las manos sino los ojos del que habla, y a veces la boca. De vez en cuando asiente con un movimiento débil de la cabeza.
Una serpiente muy larga y muy delgada, de color gris verdoso, asoma de la nariz del hombre que escucha y se estira por el aire hasta entrar en la oreja derecha del hombre que habla. Ninguno de los dos parece darse cuenta de esa cuerda viviente que cuelga entre ellos y los une, y que poco a poco sigue fluyendo dentro de la oreja del que habla hasta que la cola se suelta de la nariz del que escucha y se agita mientras sube y sube y sube.
A todo esto, el hombre que habla se ha ido poniendo pálido, y ha empezado a perder el control de las palabras. Cuando la cola de la serpiente desaparece dentro de la oreja, el hombre que habla baja las manos y se calla. Un segundo después cae el suelo. Su cadáver se deshace en una montaña de cenizas.
Pero ha quedado una silueta, un fantasma, un recuerdo del hombre que hablaba que aún sigue de pie, y que poco a poco levanta las manos otra vez y retoma el discurso. En tanto, mientras vuelve a asentir con la cabeza, el hombre que escucha saca un escobillón que tenía medio oculto a sus espaldas y barre las cenizas del piso.
Esto es un guión de lujo para un dibujo animado vanguardista de tono pesadillesco, como los que solía mostrar Caloi en TV (“Caloi en su tinta”).
Lo primero que pensé al leerlo fue en los dibujos de Alberto Breccia.
Pues sí, muy gráfico, de dibujo animado o de cómic.
Muchas gracias a ambos. De lujo son los elogios que ambos arrojan hacia este lado.
Hola palacin quetal aki te envio un videito espero te guste okidoki.
que debemos hacer los hombres de a pie para detener esta accion suicida promovidad por los grandes intereses economicos que denominan el mundo