Nuestro amigo ha dicho que vive en el 42 de esta calle, pero a ambos lados los números son impares.
Caminamos del 1 al 73, de un extremo al otro, y nada. Volvemos atrás. Cuando pasamos junto al 17 oímos ruido de vidrios rotos.
Recién entonces se nos ocurre mirar hacia arriba.