El barco se desliza sobre la ola gigante como si estuviera sonando música de Bach. Hay un trenzarse de espuma y velas, un entrecruce de agua y madera, a la manera de las voces en contrapunto de una partita.
Pero al capitán no le gusta Bach. Está furioso mientras aferra el timón como si todavía tuviera control de lo que ocurre, cuando sólo le sirve para mantenerse en pie. La gorra apenas deja verle las cejas gruesas y negras, y la nariz apenas deja verle los labios delgados y blancos.
El capitán está solo. El barco también. Incluso el mar está solo, a su manera descomunal y autista.
Algo trascendente va a ocurrir.
Se adentro en la cueva todo parecia misterioso pero mas magico y eso le atraia y sentia una sensacion extraña que le proporcionaba cierta satisfaccion y decidio llegar hasta el fondo
no se mucho de la música de Bach pero me gustaria conocerla lei un artículo y me llamo la atención.
desearia obtener la musica
En la vida existe el amor (origen de todas las cosas), el satori (el tesoro de los guerreros), y la música de Bach (la música del alma).
Me a gustado mucho tu blog.
Saludos madrileños, un apasionado de internet