Lo distinguen de otros artistas, aunque tal vez no tanto como quisiera darnos a entender, la elegancia del trazo curvo, la acentuación de los pómulos, la soltura en la composición cromática, la calvicie prematura, el desenfado en la elección de temas, el saco raído, la innata capacidad de síntesis, los dientes amarillos, el uso novedoso del claroscuro, las rodillas huesudas, la aparente simbiosis entre forma y fondo, las orejas sucias.