En Había una vez, revista chilena de literatura infantil y juvenil, Gonzalo Oyarzún escribió una hermosa reseña de Como agua.
“Pero a veces también aparecen libros, apenas visibles, como para pasar inadvertidos entre los demás libros. Libros así, como casi nada. Libros que, a no ser que una amiga te los obsequie como regalo de pre-cumpleaños, ni siquiera te permiten escribir esta columna. Justo hablo de uno de esos libros. Libros que no lees, sino que te suceden. Libros que no pasan, sino que se quedan. Libros en los que te sumerges y no sales sin que te mojen.”