Mes: febrero 2018

Notas al paso: A las cinco

A las cinco en punto de la madrugada abro los ojos a la oscuridad del insomnio. No se ve nada, pero se oye:

  • En la mesa de luz, a mis espaldas, el primer libro de la pila da un paso de baile.
  • Alguien ajusta un caño dentro de la pared.
  • Alguno de los monstruos que viven en la pieza de Gabriel va a esconderse al placard.

(De la Mágica Web, 7/5/2003.)

3 A las cinco

Notas al paso: Me dijo

—Se oían los tiros, anoche, no menos de ocho o diez. Tres tipos asaltaron un negocio en Vidal y Juramento y un patrullero los corrió hasta acá, hasta Echeverría y Crámer. Ahí hirieron a dos. El tercero se fue corriendo y lo agarraron por Crámer y Roosevelt. En la vereda de Freddo también quedó herido un viejo que paseaba el perro.

Me lo cuenta mi padre durante el almuerzo, entre un bocado de pollo y otro de ensalada. Mi madre mueve la cabeza de arriba hacia abajo y otra vez hacia arriba. Después comenta:

—Y a mí me dijo que eran cohetes.

(De la Mágica Web, 12/3/2003.)

2 Me dijo

Notas al paso: Encuentro

En medio del desfile de gente desconocida que recorre la avenida Crámer viene un hombre que me resulta vagamente familiar. La barbilla hacia adelante, el pelo gris peinado sobre la frente, la mirada con algún rencor antiguo que no se puede descifrar. El problema es que no sé si debo saludarlo o no. Está fuera de contexto: podría ser un vecino de mi edificio, y entonces el saludo sería obligatorio, pero también podría ser alguna de esas personas que cruzo con cierta frecuencia pero con quienes no hay relación alguna. Por un momento le veo en la expresión la misma duda: sus ojos se detienen en mí una décima de segundo extra, ese momento clave del posible reconocimiento que no termina de cuajar.

Ambos seguimos caminando, uno hacia el otro, usando lo que podría llamar carriles paralelos en la vereda. La tensión dura varios metros, un tiempo ilimitado a la velocidad del pensamiento pero que en el reloj no puede ser más que dos o tres segundos. Entonces, de pronto, caigo: es el dueño de ese lugar donde venden unas empanadas horribles, digo “venden” pero en realidad no deben vender nada, y si alguien les compra después seguro que vuelve a preguntar cómo demonios pueden hacer algo tan incomible. Es ese tipo al que sólo una vez le hablé, justamente para pedirle empanadas de las que luego me arrepentí inmensamente, pero al que veo casi cada día, camino a la casa de mis padres.

Qué alivio el reconocimiento, qué suerte evitar ese movimiento de cabeza incómodo que según el caso se pueda interpretar como saludo o como tic, esa señal de desorientación que luego vuelve como material de pesadillas. Y es un reconocimiento sin saludo, claro, porque el saludo no corresponde. Es algo, tal vez lo único, en que estamos de acuerdo, y si lo pienso bien no deja de ser una forma diferente de saludo. Él también sigue de largo, pasa junto a mí como yo junto a él. De ahí en más nos ignoramos.

(De la Mágica Web, 27/3/2003.)

1 Encuentro
(La foto es de junio de 2003. No fue este señor el del encuentro de arriba.)

La vuelta

En diciembre de 2008 dejé de postear en la Mágica Web y me fui a Ximenez. Ahora hago el camino inverso.

Acá, en magicaweb.com, está todo: la vieja Mágica Web del 2002 al 2008, Ximenez de fines de 2008 a hoy, y también Un libro por día, algo extra que hice en 2016 (y siguió Natalia Méndez, brevemente, en 2017).

En realidad, los primeros 1.081 posts de la Mágica Web (de un total de 2.760) están pasados por el filtro de MW+X: Hace diez años en la Mágica Web. Ahí reproduje el contenido original y en muchos casos le sumé comentarios, actualizaciones y otras yerbas.

El conjunto está alojado en WordPress.com, una plataforma más segura que DreamHost, donde me hackearon varias veces. Tras la mudanza quedan cosas que todavía no funcionan bien; en particular, buena parte de la música. Estoy en eso.

Hay cuatro tags que sirven de índice general:
Mágica Web
MW+X
Un libro por día
Ximenez

Y están las cosas nuevas, que no llevan ninguno de esos tags.

En la columna lateral están las categorías que siempre hubo en la Mágica Web, más algunas de las que sumé en Ximenez y otras cosas. De a poco voy emprolijando esa clasificación, que nunca dejará de ser un poco arbitraria. Y está la lista de meses, que con dieciséis años a cuestas parece eterna.

Al nuevo sitio le pongo nombre y apellido.

Invito a los pocos que me siguen vía RSS a buscar el feed nuevo. Y todos serán bienvenidos por acá.

Una agenda: Domingo

El domingo
llega con el traje del emperador
y se va desnudo hacia el lunes.
Alguien señala que en el camino
no cambió nada.

7 Domingo copy copy

Una agenda: Sábado

El sábado
le damos cuerda
al tiempo
para que vaya
todavía más rápido.

6 Sábado

Una agenda: Viernes

El viernes
se descubren mutuamente
por señas particulares
que nadie más ve.

5 viernes

Una agenda: Jueves

El jueves
un rayo portentoso
amenaza con dejar todo
como era antes.

4 Jueves

Una agenda: Miércoles

El miércoles
lo que quiero y lo
que odio se
convierten en
una ráfaga de
aire caliente.

Miércoles

Una agenda: Martes

El martes
la guerra lenta
clava una astilla de vidrio
en cada ojo
que no quería ver.

2 Martes