A la hora de centrifugar, los vecinos debían evacuar el edificio por peligro de derrumbe. Hubo alertas de terremoto, acá donde lo único que vibra es el vidrio de la ventana cada vez que pasa el colectivo. Lo encerré en un cuartito con poca luz. Lo apreté entre ladrillos de telgopor. Le dije que si no aprendía modales me ponía a lavar a mano. Costó. A veces tiene recaídas. Lo malo es que ahora se le dio por arrancar botones de las camisas.