Me llegan muchos mails por error a la vieja dirección egimenez@gmail. Ya no la uso, pero está configurada para redirigir los mensajes a la dirección nueva. Cuando no me estrujan la paciencia, etiqueto esos mails como “Número equivocado”; después de todo, se parecen a lo que pasa con el teléfono. Muchos son comerciales, pero otros tienen un toque personal conmovedor. Esta semana reproduzco algunos de los 1446 que tengo ahora mismo en la colección.