Es otoño. Sentado en el balcón de su casa, mira caer las hojas del árbol de enfrente. Las cuenta. A veces se le escapa alguna, cuando caen más de dos o tres al mismo tiempo. Durante un rato llueve, y entonces las caídas aumentan. Esta tarea lo pone un poco triste, pero es otoño y no se le ocurre otra cosa.