[14/7/2003]
“Hace ya un tiempo que están circulando mensajes de correo electrónico cuyo texto viene en formato JPG”, dice hoy un artículo de La Nación Line. “Usted dirá que ésa es una extensión de imágenes digitales, no de texto.
“(…) ¿Cree que es un disparate? Por supuesto que lo es, pero -para que no queden dudas- desmenucemos los motivos por los que enviar texto en formato JPG le complica la vida no sólo al remitente y al destinatario, sino a todos los demás usuarios de Internet.”
El columnista (que firma Ariel Torres y también, en la misma página, Eduardo Dahl) sigue y sigue con el tema, muy sorprendido por el trabajo que se toma el emisor del mensaje. Aparentemente no se da cuenta de lo más obvio: se trata de otro truco de los spammers. Los filtros antispam no pueden analizar una imagen del mismo modo que un texto, y por eso los spammers han decidido usar imágenes. Lo veo muchas veces por día en mi Inbox. Más aún: esas imágenes suelen estar en algún servidor, no incluidas en el mensaje, de manera que con sólo ver el spam en cuestión hacemos un llamado al servidor y mostramos que nuestra dirección de email es válida.
¿Alguien le puede contar esto a Torres-Dahl?
Ahora el artículo está acá. Con el tiempo, mi observación se fue haciendo más y más obvia. Lo triste, hoy, es que muchas gacetillas “legítimas”, de espectáculos, presentaciones de libros, y toda clase de afines, vienen en jpg. Los llaman “flyers” (“volantes”, pero en inglés que queda fino), y los hacen diseñadores. A quienes los mandan les encantan porque se ven bonitos. A quienes los recibimos no tanto (y no entiendo por qué no se dan cuenta quienes los mandan, porque seguro que también los reciben). Y ni que hablar cuando uno quiere reproducir datos en otro lado para difundirlos: fecha, lugar, nombre del evento, todo se convierte en un mal karma en forma de tipeo.