Fantasma
Mes: agosto 2003
Al verlo junto a la amante, su esposa le dio una bofetada y se fue.
-¿Por qué no me dijiste que estabas casado? -reclamó la amante, y le escupió a los ojos antes de irse en dirección contraria.
El hombre caminó unos metros hasta la calle. Iba a cruzar cuando un auto se detuvo frente a él y se lo impidió.
-Me estafaste -dijo su mejor amigo, que estaba al volante, furioso-. Y aunque no lo creas, te voy a denunciar.
El ex amigo aceleró otra vez, y el hombre cruzó la calle. Al otro lado lo esperaban dos policías.
-Perdiste -dijo uno de ellos, mientras le ponía las esposas. El otro, por las dudas, le dio un puñetazo en el estómago.
Lo llevaron al patrullero. Estaba por entrar cuando cayó una maceta de lo alto y le dio en la cabeza. Es difícil que haya oído, mientras entraba en coma, una voz que gritaba desde el segundo piso:
-Así te esperaba agarrar después de lo que le hiciste a mi padre.
Jamás despertó, así que no llegó a enterarse de cuál fue el médico que lo reconoció y simuló un desperfecto eléctrico en el equipo del hospital.
Parece que Clarín también puede disparar la creatividad. Pocas veces vi cosas tan graciosas como este post de Korochi y sus comentarios.
Siempre escalando el Beconcagua, el Ceconcagua, el Eneconcagua, por temor, por impotencia, porque la cosa real es demasiado.
Hay que andar al ritmo de la música que suena en la cabeza. Hay que oírse por adentro: la propia voz, el bajo vientre, una batería de órganos en las sinapsis del cerebro, abriéndose camino hasta dar una frecuencia a los pasos, al pensamiento, a la ansiedad, la angustia y la alegría. Hay que dejar que un arpegio recorra el abdomen, que un glissando incline la cabeza, que un trino agite los dedos de los pies. Más: hay que ser música. Todo el resto es distracción.
Las patentes del día
Hace tiempo mencioné aquí estas dos patentes, pero fue en mi vida a.C. (antes de la Cámara), y hasta ahora no había conseguido fotografiarlas.
La sombra de la montaña
tiene rocas,
precipicios,
nieve,
frío,
y se mueve por la tierra
como la montaña
se mueve por el cielo.
Bajo tierra
(Entrada a la estación Juramento del subte D, en Cabildo y Juramento, Buenos Aires.)