De una habitación a la siguiente cambian el olor, la luz, el ruido. La temperatura, en cambio, es constante. Todo está mojado. El movimiento del aire es como el temblor que se extiende por una población de lobos marinos.
Hay quienes están en silencio. Hay quienes fuman. Los que caminamos hacemos esfuerzos para no arrastrar los pies. El progreso es lento porque nadie le dice a la multitud en qué dirección conviene ir. No te veo entre la gente, y tampoco entre los otros. Detrás de mí, alguien viene tarareando una canción que se me había ido de la memoria.
Allá adelante está más oscuro.