El New York Times publica cada día un Mini Crossword, un crucigrama de 5×5. No hay que pagar para verlo y resolverlo. Sí para ver los anteriores: el archivo está tras la misma “pared de pago” de los crucigramas grandes y el resto del diario.
El autor de los Mini Crosswords es Joel Fagliano, genio del tema que anda por los veinticinco años. Joel publicó su primer crucigrama en el New York Times a los diecisiete: un logro, porque el crucigrama del NYT, en sus mejores momentos, es una forma de arte incomparable con lo que llamamos crucigrama por estos pagos. Después de eso, Joel fue asistente de Will Shortz (el editor de crucigramas del diario), y ahora es el “digital puzzles editor”.
No sé cuánto hace que salen los Mini Crosswords. ¿Tres años? Algo así. Los resuelvo siempre. Los disfruto la mayoría de las veces. Hay días en que se hacen cuesta arriba por la proliferación de referencias a la cultura popular (televisión, música, teatro, hasta marcas) o a lugares que uno no conoce a menos que viva allá. Otras veces salen de primera intención. La práctica ayuda, pero no porque uno vaya aprendiendo las definiciones: nunca se repiten. La mayor gracia de los crucigramas del NYT en general y de estos Minis en particular es la creatividad en las definiciones.
Arriba del esquema, un relojito va diciendo el tiempo que uno lleva resolviéndolo. Terminarlo en menos de un minuto, cuando me sale, es un orgullo para el resto del día. También, a veces, terminar uno de los más difíciles en no importa cuántos minutos; terminar a secas, digo, llegar a la última letra y ver aparecer la ventanita de felicitación (y el “suscríbase”, y la musiquita celebratoria).
Hice capturas de pantalla de tres Mini Crosswords recientes, luego de completarlos. Dos a fines de septiembre, cuando se me ocurrió este post pero no lo hice, y el de hoy. No están elegidos. La brillantez es constante día a día.