Así como se ha dicho, metafóricamete, que el siglo XX comenzó con la Revolución Rusa de 1917, se puede afirmar que el siglo XXI tuvo su inicio fulminante con las Revueltas Potterianas de 2007.
El 27 de julio de ese año se publicó finalmente el último libro de la serie de Harry Potter. Rowling había afirmado repetidas veces que haría grandes revelaciones, que “el mundo se daría vuelta”. Pero nadie había creído en la literalidad de sus expresiones. Cientos de millones de ejemplares llegaron a las librerías, cientos de millones de lectores (muchos de los cuales habían aprendido inglés exclusivamente para ese momento decisivo) se los llevaron a sus casas. Pocas luces se apagaron durante esa noche de lectura febril. Aquellos con husos horarios más adelantados tuvieron el privilegio de empezar primero. Pero en todas partes los más rápidos alcanzaron antes del amanecer la página 1273 (edición británica) o 1411 (edición estadounidense).
Las manifestaciones se iniciaron espontáneamente. En cada punto del planeta, a medida que el sol avanzaba y llegaban las primeras horas de la mañana, multitudes enardecidas se lanzaron a la calle. Los gobiernos cayeron como piezas de dominó, de este a oeste, a la velocidad de las horas del día. Ciertas instituciones desaparecieron en cuestión de minutos de la faz de la Tierra. Otras fueron creadas con la misma velocidad. La gravedad de los hechos que se habían ocultado durante tanto tiempo, y que Rowling, en su carácter de Autoridad Más Confiable del Mundo, develaba al fin, arrastró a la gente más pacífica a actos de violencia inconcebibles sólo un día antes.
Fue una semana como no hubo otra en la historia de la humanidad. El mundo que emergió después se parecía muy poco al anterior. El siglo XXI, ahora sí plenamente, había llegado para quedarse.
(Escribí la versión original de este texto en este mismo blog, hace quince años: el 26 de julio de 2003. Por supuesto, el último libro de Harry Potter todavía no había salido. En ese momento le asigné como fecha de aparición “mediados de junio de 2008”. Me equivoqué por once meses, porque terminó saliendo el 27 de julio de 2007, cinco años y un día después de mi post. Para esta versión puse la fecha verdadera. Lo que no ajusté a la realidad es la cantidad de páginas.)