23 microcuentos

Hace cinco años, en diciembre de 2013, Natalia Méndez y yo arrancamos con Dábale Arroz, nuestra mini editorial de libritos artesanales. Lo primero que hicimos fue 23 microcuentos, un frasco de relatos breves:

La primera edición fue de 20 ejemplares. Con los años fuimos haciendo otras, la más reciente ahora en noviembre de 2018. En total, llevamos hechos unos 250 frascos. Es, de lejos, nuestro best seller.

Las fotos que siguen son de cuando estábamos haciendo aquella primera serie. Van mechados algunos de los veintitrés textos incluidos.

“Cuando una persona bebe de la Fuente de la Juventud y deja ahí susaños, la convierte en la Fuente de la Vejez. La persona siguiente,que no ha notado el cambio, envejece en vez de rejuvenecer. Peroahora la Fuente ha vuelto a su estado inicial, y espera al próximo afortunado”.

“Pasa la lengua con suavidad por los labios de ella. Como ella sonríe, el placer dura un centímetro más a cada lado”.


Un gatito empieza a cruzar las vías cuando un tren viene a toda velocidad. Haciendo uso de mis superpoderes lo envuelvo en una burbuja temporal, lo acelero y logro que llegue a salvo al otro lado. Pero el alma inmortal del gatito ha quedado atrás, y ha sido arrastrada por la máquina asesina, allá lejos, fuera de mi alcance, fuera del alcance de todos, hilacha invisible, despojo sin nombre. Pobre gatito, ahora me mira desesperado, sin alma, huérfano para siempre. Y ya no puedo hacer nada por él.

Se quedó apretando enloquecido los botones del control remoto. Pero ella siguió alejándose como si nada.

Voy manejando por una avenida muy ancha. Allá adelante un peatón, sin semáforo ni nada, empieza a cruzar corriendo. Bajo la velocidad para darle tiempo de pasar sin peligro. Cuando ve mi reacción deduce que ya no necesita apurarse, y él también baja la velocidad. Entonces, por las dudas, freno un poco más. Ahora el peatón ya no corre, camina. Y como no hay otros autos, se permite un poco de distracción: mira hacia atrás, levanta algo del piso. Poco a poco me voy deteniendo, y él también. Terminamos frente a frente, los dos inmóviles, él bajo la lluvia y yo bajo mi techo portátil, mirándonos para siempre.

Empieza a leer un libro por la página del medio. Luego lee una página hacia adelante y una hacia atrás, otra hacia adelante y otra hacia atrás. Así hasta llegar al principio, que si es un buen libro resulta tan sorprendente como el final.

Poco después de la primera serie hicimos una edición en frascos de plástico, para probar:

Pero casi siempre seguimos con el diseño original. La foto que sigue es de agosto de 2016. Por lo que podemos prever, seguirá habiendo nuevas ediciones durante mucho tiempo.


Author: Eduardo Abel Gimenez

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