De noche

Cambié el celular, después de cinco años en que, además, la cámara del anterior andaba con presbicia. Sigo sin ser fotógrafo, y sigo sin tener una cámara profesional. Pero el juguete nuevo se las trae: en cinco años, las cámaras de celulares se convirtieron en una caja de sorpresas. El resultado es que me divierto un montón; no creo que las fotos sean mejores, pero sí más variadas y con posibilidades que no tuve antes. Va entonces una semana de explorar eso.

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Al filo
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Es enero
Author: Eduardo Abel Gimenez

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