A lo largo de su accidentada vida, Ingrid Perinola Ruiz demostró que las limitaciones físicas no impiden llegar al éxito y la realización personal. Las vueltas del destino la llevaron por rincones impensados, donde debió complacer a los más poderosos jugadores. Siempre triunfante, siempre positiva, Ingrid supo encontrar un giro a favor aun en la más abyecta adversidad.