Categoría: Jorge Varlotta

Respuestas

[11/5/2002]

Jorge Varlotta se tomó el trabajo de despejar todas mis dudas, contestar todas las preguntas en cadena que hice el martes pasado:

>¿Qué hago con tanta irrelevancia? ¿Qué hago con la ansiedad?

Yoga.

> ¿Qué hago con el trabajo pendiente que no quiero hacer?

No lo hagas.

> ¿Qué hago con los recuerdos, los desacuerdos, los terremotos que no llegan a la superficie?

Haceles espacio-tiempo.

> ¿Qué hago con el ruido de martillazos?

Depende de dónde venga.

> ¿Qué hago con las lamparitas quemadas?

Tiralas. Tratá de conseguir unas alemanas, sobrevoltadas, que duran mucho.

> ¿Qué hago con el polvo de los libros?

¿Por qué tendrías que hacer algo?

> ¿Qué hago con la campera que perdió mi hijo en la escuela?

Un sopapo al nene.

> ¿Qué hago con la necesidad de ir a la peluquería?

Si es una necesidad psíquica, andá a la peluquería. Si es por el pelo largo, que te lo corte tu mujer. A mí me lo cortan las visitas.

> ¿Qué hago con la vieja colección de Investigación y Ciencia?

A la basura.

> ¿Qué hago con la novela que quiero y no quiero publicar en la Web?

Mandala primero a todas las editoriales.

> ¿Qué hago con la pileta tapada?

Llamar al destapador de piletas.

> ¿Qué hago con las fotos que están en álbumes demasiado viejos?

Escanealas.

> ¿Qué hago con las fotos?

¿Por qué tendrías que hacer algo con las fotos?

> ¿Qué hago con los papeles que se amontonan en el escritorio hasta caer sobre el mouse como un alud de reproches?

Poné una papelera al lado del escritorio y andá tirándolos.

> ¿Qué hago con este destornillador que está aquí desde hace una semana?

Ponelo en el lugar donde se guardan los destornilladores.

> ¿Qué hago con los anteojos de leer que se rompieron?

¿Dónde se rompieron? Si son los cristales, tendrás que cambiarlos. Si no, se arreglan con alambre o cinta.

> ¿Qué hago con el reloj que se rompió?

Tiralo.

> ¿Qué hago con el cargador de celular que no aparece?

Si no aparece, no podés hacer nada. Y mientras podés ir pensando en no usar celulares -esa forma aberrante de esclavitud.

> ¿Qué hago con el texto que me encargaron mis viejos compañeros de colegio?

Deciles que no estás para escribir pavadas.

> ¿Qué hago con las dudas?

Mantenelas vigentes a toda costa.

>¿Qué hago con la falta de energía?

Yoga.

> ¿Qué hago esperando?

¿Esperando qué?

> ¿Qué hago escribiendo?

Comunicás tu alma con otras almas; es importante.

> ¿Qué hago que no haya hecho antes?

Eso, no lo puedo determinar. Necesitaría un currículum exhaustivo.

[11/5/2012]

Ah, si todo fuera tan fácil.

Las preguntas están acá en MW+X.

Þü€Ðõ €$©®îßî®

[11/5/2002]

“Þü€Ðõ €$©®îßî® £õ$ /€®$õ$ (/)á$ †®Ã®$†€$ €$†@ ñõ©h€, €$©®îßî® Þõ® €j€(/)Þ£õ £@ ñõ©h€ €$†á €$†®€££@А@ ¥ †î®î†@ñ @zü£€$ £õ$ @$†®õ$ @ £õ £€jõ$.

“Eso fue escrito en Notepad2001, un programa que parece danés o sueco o qué sé yo (el menú está todo en ese idioma que no identifico). Tiene un .ini que podés modificar manualmente, para que en lugar de los caracteres comunes escriba los que vos elijas, al apretar esas teclas.

“Espero que puedas leer las líneas superiores de este mail.” (Jorge Varlotta)

Actualización: “Me acordé de un programita que tengo, el Lextek Language Identifier (www.lextek.com). El idioma del Notepad2001 es: sueco.” (Jorge Varlotta)

[11/5/2012]

Cada tanto lo de arriba vuelve a circular. Hace poco lo vi en Facebook como si fuera nuevo.

Inmadurez debe al ego, y otros anagramas de mi nombre

[4/5/2002]

“Inmadurez debe al ego [me escribe Jorge Varlotta] es el anagrama más interesante que conseguí, con un programa que tengo desde hace años pero al que recién pude ponerle un extenso vocabulario español, para Eduardo Abel Gimenez.

“mareo debe languidez -no es tan apropiado.

“lenguaraz debe miedo -tampoco.

“de mediana lobreguez -no está tan mal, eh.

“debe agudizar en mole -es un tanto críptico.

“dedo nazi me albergue -es terrible!

“rezo de balde aún gime -tiene lo suyo.

“era nube o mi delgadez -demasiado poético.

“embrague diez del ano -no suena muy bien.

“al manguero debe diez -tiene su sentido.

“a donde merluza beige -es hermoso.

“dedo en la embriaguez -es tal vez el más hermoso.

“Mejor me voy a dormir.

“PS: No me fui a dormir. Encontré, en cambio, una linda frase como anagrama de mis dos nombres y dos apellidos [Jorge Mario Varlotta Levrero]:

“ver largometraje; otrora lo vi.”

[Las aclaraciones entre corchetes son mías, dice la merluza beige.]

[4/5/2012]

Algo tan propio de Jorge. Era fan de los programitas para la PC y fan de los juegos de palabras. Pasaba muchas horas ocupado en estas cosas. Los resultados, a veces, eran macros para tareas cotidianas, y a veces cosas desopilantes como esta.

“Inmadurez debe al ego” es una buena frase. Resuena. No me sorprende que Jorge la haya elegido para mí. “A donde merluza beige” da para título de libro.

Qué es una obra de arte

[25/4/2002]

“Una obra de arte es un aparato que permite comunicar entre sí dos almas, por medio de la hipnosis.” Lo escribe Jorge Varlotta en un email. Le pregunto si puedo ponerlo en mi weblog. Me contesta:

“Bueno, lo he dicho a menudo, pero cuando lo hago ‘públicamente’ me veo obligado a aclarar que es un concepto que aprendí hace muchísimos años en un libro genial (que nunca volví a encontrar) llamado Psicoanálisis del arte, del francés Charles Baudouin. Creo que fue publicado por la editorial argentina Siglo XX. Pero te hablo de 1965… Lo curioso es que nunca más vi esas cuestiones tratadas por nadie más. Y es un libro fundamental para cualquier artista (especialmente por su análisis de lo que es y lo que significa el narcisismo en un artista).”

[25/4/2012]

En este momento hay varios ejemplares del libro en MercadoLibre y otros sitios semejantes.

Charles Badouin en la Wikipedia: en inglés (no dice nada), en francés (no lo entiendo). No está en castellano.

Tres aportes de Jorge Varlotta

[21/4/2002]

Tres aportes de Jorge Varlotta a ítems de este weblog:

[21/4/2012]

Todavía no me animaba a decir “posts”. No era una palabra común. Así que escribía “ítems”. Visto desde ahora no se puede creer.

Los tres “ítems” acá en MW+X:

Irrupciones

[11/4/2002]

“El libro crea un espacio de intimidad entre el autor y el lector; cuando uno escribe una novela o un relato y sabe que de ser publicado lo será en forma de libro, o al menos irá a parar a una publicación especializada en literatura, puede trabajar más libremente en su creación porque, de alguna manera, se siente como en familia. Cuando uno sabe que ese texto será publicado en una revista, automáticamente y sin ninguna clase de presión visible exterior, le pone al texto sus límites porque sabe que ojos no familiares recorrerán esas líneas. Uno escribe como si se pusiera traje y corbata para salir a la calle o, al menos, evitara mostrarse en calzoncillos; en todo caso, es lo que a mí me sucede. Creo que por ese motivo el lector notará sin duda que hay ciertos abismos a los que no se desciende y ciertas alturas que no se alcanzan.”
(Mario Levrero, en el prólogo de Irrupciones, recopilación en libro de columnas publicadas en la revista uruguaya Posdata. Es una trampa: luego de anunciar de esta manera espejitos de colores, M.L. se dedica alegremente a repartir rubíes y diamantes. Hay fragmentos de Irrupciones en la Web: aquí y aquí. Para terminar, una casualidad de esas que no existen: Jorge Mario Varlotta Levrero me escribió en un email que todo el mundo llama a este trabajo “Interrupciones”; si se busca en Google “mario levrero irrupciones“, la página de resultados termina preguntando amablemente “Did you mean to search for: mario levrero interrupciones“.)

[11/4/2012]

Lo de “La idea fija” ahora está acá. Poesia.com no aparece. Google ya no sugiere “interrupciones”, y vale la pena hacer la búsqueda porque hay muchos resultados valiosos.

Inicialmente los libros iban a ser cuatro, de los que quedaron dos, publicados por la editorial De los flexes terpines. En 2007 Punto de Lectura hizo una edición de los cuatro juntos, que no vi.

El 31 de marzo de 2002, hablando por mail sobre las Irrupciones y los libros (de todo lo cual yo todavía no había visto nada), Jorge me manda la colección de las columnas para Posdata. Escribe:

“Ooops. No tengo, no me explico por qué, los archivos de los que serían los originales de los libros. De modo que te envío una versión anterior, no del todo corregida, más el prologo al cuarteto que por ahora es dúo. No estoy seguro de que estén todas las irrupciones de los dos libros; tal vez falten, o más probablemente sobren.

“Bueno, sí, sobran algunos, y le faltan dibujos (la magnífica serie del ratón Mouse!). Como compensación, encontré el dibujo original (original.jpg) que tendrás el privilegio de ver en color; en el libro salió en blanco y negro.”

Así que acá está, original.jpg, tal como me llegó:

(Sí, encontré unos cuantos mails que intercambiamos Jorge y yo por aquel entonces, fuera del maldito archivo impenetrable de Outlook.)

Jorge Varlotta, adicto al software

[8/4/2002]

Hace unos días escribí que uno “habitualmente tiene más a mano lo que más usa. Cosa especialmente difícil de hacer en una computadora, donde nada está diseñado para que uno pueda, naturalmente, sin pensarlo, dejar más a mano lo que más usa”.

Jorge Varlotta respondió por email:

Es cierto, pero rápidamente uno va fabricando los medios para dejar a mano lo que más usa. Barras de herramientas, por ejemplo. Después de un tiempo se ve en una barra de herramientas un exceso de botones, porque hemos dejado de usar las cosas que más usábamos; se agregan botones nuevos sin borrar los anteriores.

A lo que respondí:

Pero las barras de herramientas requieren un laburo especial, y no es tan fácil armarlas. Yo, por ejemplo, no lo hago. Armo carpetas pensando en cómo voy a archivar el material, y luego lo archivo así, pero nada reemplaza los papelitos de 10 x 10 que uso para anotar teléfonos o cosas pendientes. Estoy pensando más bien en una interfase ideal para computadora, en la que se combinen las ventajas de los papelitos y lo digital.

A lo que Jorge Varlotta respondió:

> Pero las barras de herramientas requieren un laburo especial…

No en Windows 95 o 98. En el Windows Explorer, marcás un folder cualquiera con el mouse y lo arrastrás hacia cualquier extremo de la pantalla, como para sacarlo afuera del monitor, y lo soltás. Se arma una barra automáticamente con todos los programas del folder. También hay barras muy buenas, como PowerBar (www.plemsoft.com) y ToolBar (www.gregorybraun.com); esta última permite arrastrar botones desde el escritorio y ya está (la otra también, pero no desde el escritorio, a menos que dejes el botón en el escritorio).

> pero nada reemplaza los papelitos de 10 x 10 que uso para anotar teléfonos o cosas pendientes.

¿Cómo que no? Hay varios programas para eso. El que uso es ATnotes (www.atnotes.com.ar/).

> Estoy pensando más bien en una interfase ideal para computadora, en la que se combinen las ventajas de los papelitos y lo digital.

El programa Stick pega notas y te permite además almacenar cantidad de botones en tabs. Tiene algunas manías pero lo pude domesticar. (www.iwondercompany.com)

Tal vez no sepas que soy una especie de adicto al software. Estuve meses, quizás años, bajando programas y probándolos maniáticamente. Estuve haciendo una limpieza últimamente, pero todavía me quedan unos mil.

Hay algunas maravillas. El principal no es tan pequeño; se llama Automate y es el alma de mi máquina. Me permite lanzar los programas del inicio ordenadamente y, entre otras cosas más, lanzar todos los programas para ponerme on line (ZoneAlarm, y una gráfica del tráfico, y unos programitas míos en Visual Basic que calculan el gasto de teléfono y server, más un discador, que disca automáticamente, más Eudora -y cuando se conecta, automáticamente chequea todas mis direcciones y veinte segundos después envía los mensajes en cola, y cierra todos los programas menos Eudora al cortar la conexión). Todo eso con un clic. Es un programa básico…

Claro que no se debe instalar ningún programa sin usar un uninstaller (por ejemplo, Ashampoo, www.ashampoo.com), de modo de poder ver todos los cambios que la instalación produce en el disco y en el Registro, y al desinstalarlo usar el mismo uninstaller para que saque TODO lo que puso la instalación).

[8/4/2012]

Es así nomás: Jorge se pasaba muchas horas, muchos días, escribiendo programas en Basic y navegando por la Web. Como se ve, era un experto. Durante esos años de los que habla vivía en Montevideo, y yo lo veía muy poco. Habíamos pasado un tiempo casi sin contacto, hasta que lo recuperamos por mail y nos pusimos otra vez al día.

Como también se ve, algunas cosas cambiaron con el tiempo. ¿Windows 95 y 98? Sin embargo, mucho de lo que Jorge nombraba sigue existiendo. Las excepciones están tachadas.

Así como Jorge usaba Eudora, yo usaba Outlook. De manera que los mails de esa época están en archivos básicamente inaccesibles quemados en CDs. Tras un tiempito de Thunderbird, dos años después iba a aparecer Gmail, y adiós para siempre a los clientes de mail locales.

Nunca me enganché con las barras de herramientas.

Miren la foto

[26/3/2002]

Miren si pueden descubrir lo que está equivocado en la foto. Estuve mirándola fijo por 2 minutos antes de darme cuenta, tienen que acercarse a la pantalla y tener los parlantes prendidos.” (Vía Jorge Varlotta.)

[26/3/2012]

El link no funciona. Mejor así. Cuando uno se había pasado un rato mirando la foto sin encontrar nada equivocado, aparecía una cara horrible que gritaba. La idea, asustar al incauto, se lograba plenamente. Por supuesto, luego aparecieron montones de estas cosas. Asustar a los demás siempre es divertido, ¿no?

No sé cómo buscar esa foto, así que no hay link nuevo.

Mail de Jorge

[21/3/2002]

Me escribe Jorge Varlotta:

‘Nunca sentí la necesidad de estar en el medio de un grupo de músicos. El lugar de elllos es allá y el mío es aquí, maldito sea, escuchando lo que ellos están haciendo allá. La música que lo rodea a uno, que viene de una serie de fuentes invisibles, es engañosa, irreal, y especialmente fácil de olvidar.’ Palabras de Travis McGee, personaje de John D. MacDonald, “Cielo trágico” (The dreadful lemon sky), Emecé, colección El Séptimo Círculo nº 288, tradución de Elisa A. Troiani, Buenos Aires, julio de 1976.

“Ps. Ahora que lo pienso, eso vale también para el cine. La pantalla allá y yo aquí, y no yo en el medio de la acción, con la balas zumbándome en los oídos y las bombas estallándome en el culo.”

Buena comparación, Jorge. ¿Y la literatura? ¿Por qué es diferente? ¿Tal vez porque no transcurre en tiempo real?

Una forma novedosa de exhibicionismo.

[10/3/2002]

Una forma novedosa de exhibicionismo. (Vía Jorge Varlotta, que lo recibió de Lockergnome.)

(Nota del 30/7/2003: la página no existe más. ¿Estará en otro lado?)

[10/3/2012]


La página sigue sin existir, claro. ¿Qué hago ahora, cuento de qué se trataba o dejo la intriga?

Ok. Tal vez la intriga tuviera sentido en 2002, cuando este tipo de cosas era novedad. Se trataba de una página donde reunían fotos enviadas por la gente. En esas fotos la gente mostraba sus computadoras. Su lugar de trabajo. O de juego, ya no estoy seguro. Posiblemente las dos cosas. Algo que seguramente se volvió a hacer mil veces desde entonces, no tanto como la exhibición de gatos, pero casi.