¡Oh, dioses de la conjugación! He descubierto en las permutaciones el origen de vuestro poder:
Te amo. Temo que partas.
Te amo. Parto porque me temes.
Te temo. Amo que partas.
Te temo. Parto porque me amas.
Parto. Amo que me temas.
Parto. Temo que me ames.
Es como el promedio de estos verdes.