Es así:
Los días que van pasando
forman parte de una primera ronda
en la que la mitad
queda descartada.
Los días descartados
son esos tristes, o peor,
olvidables.
Los que quedan van a la segunda ronda,
todos con algo que recordar,
muchas veces miedo.
Y así los días se decantan
a lo largo de la vida,
compitiendo por lugares
menos despreciables
en la memoria.
Un día de cuartos de final
es un día importante,
glorioso
o perturbador.
Un día de semifinal
parece milagro.
De los días de final no puedo hablar,
tal vez no los viví,
o se deciden a último momento.
Todo se hace tan largo.
(Texto de 2014, foto de 2012.)